Moncofa dispara el número de plazas turísticas y alcanza 2.232 camas. Una cifra que llega tras el importante incremento que ha registrado la localidad en solo dos años, puesto que en ese tiempo han aumentado en 345, lo que equivale a una subida de un 18,28% respecto al 2019, cuando había un total de 1.887 plazas.

Si el considerable repunte ya es por sí solo noticiable, lo es mucho más aún si se tiene en cuenta que actualmente la playa de Moncofa no tiene hoteles, por lo que el montante total representa las 1.167 camas concentradas en sus 241 viviendas turísticas, mientras que las 1.065 restantes las concentran los dos cámpings de la localidad, tal como certificaron al Ayuntamiento desde Turisme.

A tenor de la última actualización en estadísticas sobre alojamiento reglado, el alcalde, Wences Alós, celebra que el municipio se está convirtiendo en «un referente turístico», con «un aumento continuado los últimos años de camas turísticas», ya que defiende que su evolución ha ido creciendo en poco tiempo. No en vano, en los últimos tres ejercicios, el número de plazas ha ido ascendiendo desde las 1.887 en el 2019, las 2.185 existentes el año pasado y las 2.232 actuales.

Además de este aumento, el munícipe hace hincapié en que «lo bueno» es que Moncofa no solo crece como municipio de residencia turística para familias, sino que también como población para atraer a personas que buscan asentar en su suelo su primera vivienda». «Somos cada vez una localidad en la que se está fijando la gente para residir todo el año gracias a la seguridad que aportamos y las condiciones de Moncofa y los servicios que ofrece el Ayuntamiento, que garantizan una alta calidad de vida», reivindica.

Chavarro y Pinche

Los últimos establecimientos hosteleros que hubo en la playa de Moncofa fueron el Chavarro y el Pinche, que tuvieron un papel destacado en el crecimiento turístico local en las últimas décadas. No obstante, ambos estaban situados en el dominio público marítimo-terrestre y, al finalizar la concesión que en su día les otorgó el Gobierno, los dos acabaron reducidos a escombros.

Tras su demolición, el litoral moncofense se quedó huérfano de hoteles, un derrumbamiento que el alcalde considera que fue un «grave error» en su momento, porque al igual que hoy en día existen viviendas que no tienen concesión pero que siguen en pie, «lo mismo hubiesen podido hacer con los hostales, facilitando la economía a las familias propietarias y favoreciendo el tránsito de personas llegadas de otros lugares».