El Ayuntamiento de Vinaròs ha iniciado la instalación de ceniceros en todas las playas y calas de la localidad con el objetivo de disponer este verano de 12 kilómetros de costa libres de humo.

El consistorio vinarocense ya viene trabajando desde el año anterior en este sentido, así como cumpliendo con los ODS, que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible que Turisme Comunitat Valenciana se han marcado en la agenda 2030.

Marc Albella, primer teniente de alcalde y concejal de Promoció de la Ciutat i Interés Turístic, ha destacado que “con esta acción, que ya se comenzó el año pasado y que este año continuamos desarrollando, Vinaròs pretende convertir sus playas en zonas libres de humo y de contaminación, para ofrecer a los bañistas la mejor experiencia.

Por otro lado, la localidad celebrará el próximo 7 de junio una edición especial del Concurso de Cocina Aplicada al Langostino y del 21 de mayo al 13 de junio unas jornadas gastronómicas en las que se podrán degustar platos de los restaurantes participantes. 

El embajador de la costa de Vinaròs

El langostino es uno de los productos más valorados y conocidos de los fondos marinos de nuestra provincia, embajador gastronómico de nuestra costa, muy apreciado por cocineros, gastrónomos y consumidores. En las mesas navideñas, y en cualquier tipo de celebración, no puede faltar esta exquisitez, que podemos adquirir en las pescaderías de nuestros mercados municipales prácticamente todo el año. Sin embargo, la mejor época para comer langostinos, con todo su esplendor gastronómico es durante los meses de mayo y junio además de los meses de octubre y noviembre.

Si nos decidimos por comprar langostino congelado debemos saber que probablemente no será de nuestra costa. Hay que prestar atención a los langostinos que podemos encontrar vivos en el mercado, ya que muchos de ellos son de acuicultura y tratados para su recepción en vivo y una mejor comercialización.

A este crustáceo le gusta vivir enterrado en la arena, cerca de las desembocaduras de ríos y estuarios. Precisamente por su hábitat natural, cerca de aguas poco saladas, su sabor es menos yodado que otros mariscos. Pero la gran excelencia del langostino es su textura, difícil de igualar a otros mariscos, de una gran sutileza y con una finura irrepetible.