El Plan de Demersales que plantea la Unión Europea supondrá pérdidas enormes y abocará al sector pesquero a una posible desaparición, tal como han denunciado colectivos de profesionales de la pesca de la provincia. Los últimos en dar la voz de alarma han sido los del sector del arrastre de Burriana. Esta especialidad, según advierten, será «la más perjudicada» entre la modalidad de cerco, también conocido cono fanal y el de trasmallo, que son los que trabajan en el puerto de la localidad.

El secretario de la Cofradía de Pescadores de Burriana, Juan Borja Bautista, asevera que «redujeron un 10% de días laborales anuales en el 2020, un 7,5% este año y pretenden llegar hasta el 40% en 2025». Al respecto, añade: «Hay barcos que van a pescar menos de seis meses al año, con lo cual es imposible mantener la empresa y a los trabajadores».

Las protestas para intentar paralizar las intenciones de la UE ya han arrancado, como se constató en la manifestación celebrada en Castelló el pasado junio. Las quejas se centran en que habrá una restricción de horarios, y reducción de días de trabajo y zonas de pesca autorizadas en Europa.

Apoyo

El edil de Pesca, Vicent Aparisi, muestra el apoyo del consistorio y señala que «estamos presionando para que se modifique el plan». Además, exige que, como mínimo, se otorgue un período más largo de tiempo, ya que si se aplica la normativa prevista por la UE, «nuestra pesca no sobrevivirá sin subvenciones al 2025».

Pero el sector del arrastre no es el único afectado por la crisis pesquera, acentuada por las intenciones de la UE y por la situación sanitaria. Ismael Canay, pescador de fanal, declara que «esta temporada está siendo mala porque hemos estado parados por la pandemia del covid-19, hay escasez de pescado y bastante mal tiempo».

Limitación pesca

En la Comunitat, los barcos tienen asignados un límite de cajas diario y el precio va variando. Al respecto, en Burriana fueron pioneros en incorporar un precio mínimo para todas las especies de pescado, con un valor de 0,60 euros/kilo.

Aparisi destaca que «esta profesión tiene futuro si conservamos el medio ambiente y mantenemos el pescado fresco de la zona, ya que crea territorio, identidad propia y cultura valenciana». Asimismo, también preocupa para la pervivencia del sector la falta de jóvenes que se dedican al oficio.