Benicàssim cuenta con 12 sensores que permitirán la recogida de información para poder obtener parámetros con los que medir la contaminación atmosférica, las condiciones ambientales, la calidad del aire y los niveles de ruido.

Los dispositivos están ubicados «en seis puntos estratégicos, como la comisaría de policía, el retén de Montornés, Villa Elisa, la plaza de los Dolores, junto al centro Josep Barberà i Ceprià y la zona del Eurosol, repartidos así por el casco urbano, urbanizaciones y litoral», como explica la concejala de Desarrollo Sostenible y Territorio Inteligente, Cristina Fernández.

De esta forma, «se podrán detectar los focos de contaminación existentes y poder tomar decisiones basadas en datos y evidencias», comenta la edil.

Cambio climático

Estos sensores han sido instalados de manera innovadora por el Ayuntamiento de la ciudad, a través de la concejalía de Territorio Inteligente. «Las administraciones tenemos la responsabilidad de actuar y la obligación de ser ambiciosos en nuestros objetivos medioambientales. Benicàssim ha aceptado el reto de ser social, económica y medioambientalmente más sostenible y lo venimos demostrando con nuestras acciones y políticas encaminadas a la lucha contra el cambio climático, con el objetivo de preservar nuestro patrimonio medioambiental», según destacó la alcaldesa, Susana Marqués.