Tesón, disciplina y mucha pasión son alguna de las características que más se requieren para consagrarse a la danza clásica. Una dedicación que, entre puntas y pasos, puede llegar a recompensarse de muchas formas como le ha sucedido a la burrianense Elena Grau, que ha obtenido la medalla de oro en un certamen que reúne a participantes de todo el globo terráqueo.

Ella, junto al Joven Ballet de Danza de Valencia, se proclamó el pasado 30 de junio como ganadora absoluta en la categoría de ballet clásico y repertorio en grupo en la Dance World Cup que se está celebrando en San Sebastián

120.000 participantes

La competición ha reunido en la presente edición a cerca de 120.000 participantes llegados de hasta 62 países diferentes que tienen en común su juventud y el amor por el baile en todas sus expresiones.

La capital donostiarra acoge, desde el pasado 24 de junio, esta iniciativa muy completa que abarca, desde el concurso entre las diferentes academias hasta las clases magistrales desempeñadas por los mejores especialistas.

La joven bailarina, estudiante del IES Llombai, posa orgullosa con su metal dorado ISABEL CALPE

Una experiencia que la joven, de 17 años de edad y estudiante del IES Llombai, ha calificado como «irrepetible» que se ha visto redondeada por el primer puesto, pero que ha conllevado un contacto muy intenso con su sueño de poder vivir del baile.

De hecho, las expectativas de futuro de esta aspirante pasan por seguir aprendiendo y especializándose en el ballet clásico para poder dedicarse de manera profesional en un futuro. De momento, ha finalizado sus estudios de bachillerato que ha compaginado con la tarea de acudir cada tarde al conservatorio en Valencia.

Según estima, el sacrificio vale la pena, aunque de momento no tiene pensado iniciar los estudios universitarios. Persigue el objetivo de formarse en pedagogía de la danza para poder hacer lo que más le gusta: enseñar a otros lo que para ella significa bailar.

Es sabedora de que el anhelo de formar parte de una gran compañía y ser primera bailarina es un hito solo a mano de unos pocos, pero le sobra juventud para intentarlo.

Desde que aprendió los primeros movimientos en el Centre Municipal de les Arts Rafel Martí de Viciana de Burriana tiene muy claro donde quiere que le lleven sus pies que no quieren abandonar el escenario.