Una manada de jabalís campa a sus anchas por l’Alcora

Los hechos se produjeron la pasada noche del jueves al viernes, cuando los jabalís recorrieron distintos puntos del núcleo poblacional sin causar ningún problema. Concretamente, tal como lo atesoran las imágenes registradas, pasaron por el casco antiguo, por el portal de Verdera y la zona de la reixa de la vila, axí como por la plaza de la Iglesia. También se dejaron ver por la avenida Teniente General Michavila --espacio en el que se realiza el mercado ambulante de los miércoles-- y por el parque Montlleó, en la calle Peñíscola. 

Precedentes

Hasta la fecha, se habían grabado vídeos y captado instantáneas de jabalís fuera del casco urbano, como hace dos meses en la circunvalación, subiendo desde la zona deportiva hasta el antiguo cementerio municipal, donde iban unos 15. Esta manada se la vio salir de la parte del terreno de Borja, donde se guardan los cadafals, así como en la urbanización del pantano de María Cristina y en el jardín del restaurante Lago Azul. Pero no en el pueblo. 

José Ramón Mor fue uno de los vecinos que se encontró con estos, algunos de ellos rayones, que son los jabatos de menos de seis meses y de poco tamaño, en la citada urbanización del Pantano. Alguno incluso se le metió dentro de casa por el garaje hasta que acudieron al lugar agentes del Seprona a ocuparse del caso y de los animales. 

Sobre lo ocurrido ahora, Mor --quien también tiene vivienda en el centro--, como ciudadano y cazador manifiesta que «creo que provienen de la partida de la Lloma o del río». Sobre este problema, remarca que «Félix Rodríguez de la Fuente alertó sobre esta especie que iba a más». El propio José Ramón Mor y otros cazadores consideran que, además de la regulación, la «única solución» es cazarlos, «porque comen de todo y son omnívoros y le han perdido el miedo a las personas, se han acostumbrado a ellas, así como provocan accidentes en las carreteras».

Con todo, la manada de jabalís en la villa se ha quedado en anécdota y en imágenes virales.