Un pueblo de Castellón de menos de 100 habitantes vuelve a abrir su único bar

El bar es el alma de los pueblos y la reapertura de un negocio de este tipo es una buena noticia ara sus habitantes. Para la Real Academia de la Lengua (RAE), se trata de un local en que se despachan bebidas que suelen tomarse de pie, ante el mostrador. Pero en los municipios pequeños es mucho más. Es el punto de encuentro y contribuyen a la vida social.

Aún más si se trata de un pueblo de menos de 100 habitantes y solo cuenta con uno de este tipo de establecimientos, ya que su cierre supone un jarro de agua fría para los vecinos, que pierden el lugar donde tomarse el café de primera hora o la cerveza con los amigos, pero también donde se ponen al día mientras juegan a las cartas o ven un partido de fútbol en la televisión.

Este pueblo de Castellón cierra el bar después de 49 años y ofrece trabajo para reabrirlo

Había cerrado tras 49 años abierto

Bien los saben los vecinos de Espadilla, que cuenta con apenas 90 habitantes censados, situado en la comarca del Alto Mijares. El pasado septiembre, el bar bajó la persiana después de 49 años abierto. Para encontrar a quien quisiera relanzarlo de nuevo, el Ayuntamiento pidió ayuda a la Agenda Valenciana Antidespoblament (Avant) para lograr su reapertura, a través del programa Reviu, cuyo objetivo es que familias se instalen en municipios en riesgo de despoblación de la Comunitat para blindar servicios como las escuelas y mantener negocios que se pierden por falta de relevo generacional (bares, hornos, etc).

Reciben solicitudes de toda España

Y ya vuelve a estar abierto. Tras inscribirse más de 80 personas de toda España, de las cuales el 20% era de procedencia extranjera (Argentina, Venezuela, Colombia...), finalmente una pareja de Faura (Valencia) ha vuelto a abrir la persiana. Se trata de Alejandro, de 43 años, y Rosalía, de 44, que decidieron dejar su casa y su trabajo y empezar «una nueva vida» en este pueblo del interior. Regentan el bar y pagan un alquiler por una vivienda municipal. 

"Venimos a dar vida a un pueblo que se está despoblando"

«El Ayuntamiento nos ha dado todas las facilidades del mundo», explica Alejandro, con 10 años de experiencia en el sector, uno de los requisitos para regentar el establecimiento con un contrato de un año, renovable. «Venimos a dar vida a un pueblo que se está despoblando», explica esta pareja, que valora mucho «la tranquilidad que se respira en esta zona». 

«El día de la inauguración vino todo el pueblo», recuerdan, agradecidos por el recibimiento.