El robot de residuos sanitarios supera los 17.000 cubos reciclados en la Vall

La Generalitat, a través de la Conselleria de Transición Ecológica, dio a conocer ayer la cantidad de plástico que ha recuperado, durante sus dos primeros años en funcionamiento, el robot antropomorfo ubicado en la planta de gestión de residuos sanitarios de la Vall, gestionada por PreZero.

En concreto, de diciembre del 2020 a diciembre del 2022, este tecnológico operario ha salvado de su destrucción un total de 17.446 cubos de plástico. De ellos, 11.972 eran unidades de 10 litros, mientras que las 5.574 eran de 5 litros.

El robot extrae los residuos sanitarios de manera automática una vez esterilizados para evitar el desecho del material plástico de los cubos y poder destinar estos cubos plásticos a operaciones de reciclado de manera segura.

A lo largo del 2022, esta unidad antropomorfa gestionó 10.671 cubos, mientras que en el 2021 trató 6.775, lo que implica un incremento de un 57,5 % en la segunda anualidad de trabajo del aparato.

Economía circular

A tenor de esos datos crecientes, la Consellera, Isaura Navarro, reivindica que proyectos innovadores como este sirven para poner de manifiesto la voluntad de la Generalitat, «por todos los medios» que tienen a su alcance, «para implantar la economía circular en todos los flujos de residuos, por complejos que parezcan, reduciendo las cantidades con destino a vertedero y caminando hacia el rechazo cero, también en este flujo de residuos».

Desde este departamento autonómico hacen hincapié en que, más allá de las alentadoras cifras, hay que tener en cuenta que este robot antropomorfo de última generación, pionero en toda España al ser el primero destinado al procesamiento de residuos sanitarios, comenzó a dar servicio en un contexto de crisis sanitaria con el covid al alza en aquel momento.

Una puesta en marcha para la que la Conselleria invirtió hace dos años más de 100.000 euros con el fin de disminuir el rechazo a vertedero y recuperar materias primas de los residuos sanitarios tras un proceso de esterilización.

Se trata de una apuesta por la economía circular, la reutilización y causar un menor impacto, ya que la función del robot permite que el plástico que salva pueda ser reintroducido en el sistema para crear nuevos contenedores para los rechazos sanitarios.