De masía abandonada a retiro de lujo con su propia cueva en las montañas de Castellón: "Es de las más bonitas de la provincia"

Leila Peral y Adrian Mill han conseguido transformar una masía abandonada en un auténtico retiro de lujo en las montañas de Castellón. 

Esta pareja está detrás de un proyecto en el que se embarcó toda la familia. Un proyecto en el que se han involucrado en cuerpo y alma durante los últimos siete años para diseñar y construir el primer ecolodge de lujo de la provincia, que ha abierto las puertas este 2023.

Los ecolodge son los alojamientos estrella del ecoturismo, un tipo de alojamiento que arrasa en las búsquedas por internet y que se basan en la sostenibilidad. 

Y la Cueva de Miravet, situada en la cima de una montaña en Cabanes, es el mejor ejemplo de que ecologismo y lujo son compatibles. Desde la construcción rehabilitada en base a la masía original al uso de piedra local para los muros. La energía y agua no están conectadas a la red: «Placas solares alimentan la casa y un camión cisterna llena los depósitos de agua».

Cuentan con una gran bañera de hidromasaje en lugar de piscina y han utilizado materiales reciclados como traviesas de ferrocarril para los arcos de las puertas. Además, evitan los residuos y practican el compostaje.

Y sin renunciar a las comodidades. La villa cuenta con 7 habitaciones dobles con baño privado, decoradas con antigüedades. La parcela donde se ubica este refugio de montaña tiene más de 50.000 m², «para preservar la paz y la tranquilidad».

Además, trabajan codo con codo con productores y proveedores de servicios locales, para que también se beneficien del turismo.

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Espeleología

Y cuenta con un secreto oculto en sus entrañas: una cueva integrada en la terraza trasera, una maravilla geológica única en la zona, a la que los clientes pueden acceder, con un costo adicional, y siempre guiados por espeleólogos de Castellón. De hecho, descender a la cueva no está permitido sin una previa aprobación escrita y debe llevarse a cabo con un guía adecuadamente capacitado. Pero quien entra, no se arrepiente.

«Es una de las cuevas más bonitas de la provincia, son 17 metros en picado», explica Dina López, la madre de Leila, que vive en Cabanes y fue quien descubrió hace 7 años la masía --«Yo tenía una agencia inmobiliaria», explica-- y se la mostró a su yerno Adrian, ingeniero medioambiental, que al verla no lo dudó, pensando en su potencial. «Esta es para mí», dijo. Y compraron el terreno.

Tras una inversión, numerosos problemas, la llegada del covid-19, que lo paralizó todo; «y mucho trabajo», esta familia ha conseguido un alojamiento que no existía en la zona: «Los muebles son de medio mundo, de Holanda, de Francia, de Bélgica, la madera procede del norte de España... Se han cuidado todos los detalles», explica Dina, ya jubilada.

Ana, la gestora del alojamiento, acoge a turistas y visitantes como si fueran de la familia.

La Cueva de Miravet abrió sus puertas en septiembre y ya están pensando en solicitar en el 2024 ayudas de los fondos Leader para realizar una ampliación. 

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