Polémica en el ocio nocturno

El dueño de la discoteca precintada en Castellón tiene otro local con deficiencias

Revisan seis discos de la ciudad y las dos con afecciones son del gestor de La posada 

El expediente está ahora en manos de la Generalitat, que decidirá si puede reabrir o no

La Policía Local de la Vall se desplegó junto al local para impedir su apertura.

La Policía Local de la Vall se desplegó junto al local para impedir su apertura. / Mònica Mira

En la Vall d’Uixó hay seis locales de ocio nocturno entre pubs y discotecas, y en octubre del 2023 todos fueron sometidos a una inspección para ratificar que cumplían la normativa vigente en materia de seguridad. En todos los casos encontraron incidencias de mayor o menor gravedad. A todos les indicaron que debían subsanarlas para poder mantener las puertas abiertas.

A día de hoy, de esos seis, solo dos aún no han rectificado las deficiencias detectadas por los técnicos municipales y los dos son del mismo dueño, el de La Posada, el local que el sábado intentó abrir pese a tener orden de cierre cautelar por esa razón. El otro con afecciones es Gabbana.

El responsable de ambos negocios reconoce que la otra discoteca seguirá cerrada porque no puede acometer las reformas y mejoras que le exigen, pero insiste en que sí que lo ha hecho en la que ha sido noticia la última semana por su empeño en abrirla, aunque pesaba sobre ella el precinto policial, y esa es la razón por la que ha «peleado para poder abrirla».

Sobre la situación, desde el Ayuntamiento indican que los documentos que presentó el viernes, poco antes de las dos de la tarde, «son trámites legales que debe cumplir, para los que ahora hay que emitir un informe técnico en respuesta», pero no solucionan el problema principal detectado.

Plazo suficiente

El afectado ha insistido en los últimos días en que ha sentido «falta de voluntad» a la hora de ayudarle y facilitar la reapertura, porque persiste en defender que ha hecho «todo» lo que le han pedido, en referencia a los cambios en el interior de la discoteca y presentación de documentos, aunque desde el consistorio señalan que no ha pedido ninguna licencia de obras, por lo que no hay constancia legal de nada.

Frente a su versión, desde el gobierno municipal explican la situación, señalando hacia el resto de locales. Todos se vieron sometidos a las mismas inspecciones y a todos les dieron los mismos plazos para normalizar su actividad y así no tener que ordenar el cierre.

Indican que el resto de propietarios han asumido una serie de inversiones, en algunos casos importantes, como ignifugar cubiertas, prolongar salidas de emergencias, compartimentar espacios con puertas aislantes e introducir mejoras acústicas, entre otras reformas. «Hace meses que empezamos a trabajar y el resto han seguido los trámites indicados», detallan. Los cambios han sido revisados y aprobados, y solo en algún caso falta presentar papeleo, pero la supervisión ya es positiva.

Recuerdan, según explicaron a Mediterráneo, que desde el Ayuntamiento se pusieron en contacto personalmente con el propietario de La Posada en diciembre y le insistieron en que si no hacía como el resto de empresarios, se encontraría con el cierre del local. A finales de enero, la advertencia se consumó, porque no hizo nada.

«Le hemos dicho varias veces, y lo sabe, que estamos aquí para ayudarle, porque no tenemos ningún interés en que cierre», remarcan desde el consistorio. Pero matizan que tras la apertura del expediente y sus incumplimientos, «el caso está en manos de las autoridades autonómicas, que son las que decidirán si lo sancionan por lo que pasó el sábado, si le permiten reabrir y cuándo», matizan.