Llorenç Espinosa es una de las 5.214 personas que han conseguido una beca de la Fundación la Caixa para ampliar su formación. La entidad, desde la puesta en marcha de su programa de becas en 1982, ha dado la oportunidad de realizar estudios de posgrado, doctorado o investigación posdoctoral, en las mejores universidades y centros de investigación del mundo, a miles de jóvenes talentos e investigadores españoles y extranjeros.

El castellonense, de 27 años, ha destinado su beca la Caixa de posgrado a la realización del Doctorado en Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Graduado en Física en la Universitat de València (2012-2016), realizó una estancia Erasmus en la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universität de Bonn (Alemania). Posteriormente cursó el Máster en Física Teórica y Matemática de la Ludwig-Maximilian-Universität München (LMU) y la Technische Universität München (TUM) (2016-2018).

Actualmente, el castellonense realiza su trabajo en el Instituto de Física Teórica (IFT), de Madrid, un centro mixto de la UAM y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Se trata de un centro puntero de investigación en física teórica, es decir, aquella que estudia las propiedades matemáticas de las leyes físicas y las predicciones que se pueden obtener de ellas. En el IFT conviven varias líneas de investigación que estudian los fundamentos de la naturaleza desde las escalas más pequeñas (como la física de partículas) hasta las más grandes (como la gravitación y la cosmología), e incluso la conexión entre ambas», argumenta Espinosa, quien añade que «mi trabajo se enmarca en el campo de la cosmología y la física de agujeros negros. Estudio un tipo particular de agujeros negros, llamados primordiales. Al contrario que los agujeros negros astrofísicos (los conocidos), que se producen por el colapso de una estrella muy masiva, los agujeros negros primordiales se habrían formado en el universo primitivo, mucho antes de la formación de las primeras estrellas, cuando toda la materia estaba concentrada en un mismo plasma caliente. Investigo su origen y sus propiedades más fundamentales».

El lado humano

«La beca de la Caixa ha supuesto una oportunidad única: la de dedicar varios años de mi vida a investigar a tiempo completo en temas que me fascinan y me estimulan intelectualmente y, además, poder hacerlo en uno de los centros más reconocidos de Europa», resalta Espinosa, quien agrega que «estoy muy agradecido y, más allá del aspecto laboral, la beca me ha permitido conocer a mis compañeros y compañeras de promoción, un grupo de gente fascinante e inspiradora con trabajos e intereses en una infinidad de campos diferentes. El lado humano juega un papel importante en mi visión de lo que es la ciencia: no somos solamente máquinas de investigar y competir, ganamos cuando nos apoyamos e inspiramos mutuamente: la investigación moderna está más que nunca basada en la colaboración».

Por otro lado, el joven revela que le gustaría seguir dedicándose a la investigación y la docencia, «ya que es un trabajo que me apasiona y disfruto haciendo. Sé que hay competencia en el sector, pero tengo mucha ilusión y ganas por seguir».