Al hablar de vinos y de empresas familiares es obligatorio conocer la historia de Juan Gil y de Viñas Familia Gil, la sociedad que pusieron en marcha en Jumilla (Murcia) nueve hermanos para retomar el negocio de su padre, abuelo y bisabuelo. Es decir, son la cuarta generación de este «legado sostenible».  

Para saber cómo ha ido creciendo este exitoso y ejemplar proyecto familiar, que se ha extendido casi por todo el mundo, es imprescindible ver el webinar El legado: tierra, tradición y sostenibilidad, organizado con el impulso del BBVA y la colaboración del grupo editorial Prensa Ibérica. Este encuentro digital se celebrará el próximo jueves, 22 de abril, coincidiendo con el Día de la Tierra y en él participarán los hermanos Miguel Gil y Ángel Gil, copropietarios de Viñas Familia Gil, y Anabel Andreu, planificadora patrimonial de BBVA Terrritorial Este.

Los hermanos Gil explicarán los duros inicios de la nueva etapa en el año 2000, cuando «nos tuvimos que rehipotecar entre nosotros, pedir confianza a proveedores y luchar por demostrar que teníamos unas viñas que nos iban a hacer triunfar con nuestros vinos». Para esa aventura contaron con la ayuda del director de la oficina del BBVA en Jumilla, al que consideran el «décimo hermano».

Hoy, Viñas Familia Gil dispone de diez bodegas, todas ellas domiciliadas fiscalmente en Murcia, cuyas raíces abarcan diez denominaciones de origen en España con un sello común: mantener cultivos de forma sostenible, potenciar las variedades autóctonas de cada zona y generar valor añadido, siempre con respeto al medio ambiente. Y también bajo el paraguas familiar y la tradición «que nos pone los pies en la tierra».

Además, la empresa dispone de una buena planificación del patrimonio para transmitirlo a la quinta generación y de un protocolo familiar. El presente es excelente para el proyecto de los hermanos Gil. La empresa familiar tiene actualmente 1.800 hectáreas de viñedos cultivados en propiedad. Un 30 por ciento de la producción va dirigida al mercado nacional y el 70 por ciento a mercados internacionales, especialmente a Estados Unidos.

Los vinos de Viñas Familia Gil están en las cartas de los mejores restaurantes del mundo y pueden degustarse en más de 50 países. La sociedad cuenta con mas de 200 trabajadores y medio millar de viticultores. En cuanto al futuro, tanto Miguel como Ángel coinciden en que «si seguimos contando con el apoyo de todo el equipo como hasta ahora... no hay límite».

Por su parte, en el webinar, que podrá verse en la página web de Mediterráneo, Anabel Andreu explicara cómo BBVA ayuda con sus productos financieros a estas empresas que apuestan por la sostenibilidad. Tras la sesión telemática, Mediterráneo publicará una amplia crónica con el resumen de las aportaciones más destacadas.

De picapedrero a bodeguero

Todo empezó cuando Juan Gil decidió en 1916 crear una bodega en Jumilla. Era el sueño del bisabuelo de los actuales propietarios de Viñas Familia Gil, quien dejó su trabajo de picapedrero para iniciar una aventura que aún no ha acabado. No vivió para ver cómo el proyecto crecía y fue su hijo quien lo continuó. Y así hasta llegar al padre de los ahora dueños de la empresa familiar, que murió a los 59 años. Aquí es donde entra en acción la figura de Rosario Vera, matriarca de la familia. Sin su figura las bodegas hoy no existirían, según indican sus hijos. Tras enviudar tomó las riendas de la bodega y se aseguró de que sus nueve hijos estudiaran. Y en el 2000 Miguel y Ángel Gil retomaron el negocio familiar, en el que participan los nueve hermanos.