Los adelantos electorales en comunidades que accedieron a la autonomía por la denominada "vía lenta" son tan inusuales que sólo había dos precedentes, Madrid y Asturias, a las que hoy se ha sumado la Comunitat Valenciana, que anticipará sus comicios al 28 de abril para hacerlos coincidir con las generales.

El presidente valenciano, Ximo Puig, ha reunido esta tarde al Consell antes de firmar el decreto con el adelanto de las elecciones, que en principio deberían haberse celebrado el 26 de mayo.

Desde la restauración de la democracia en España, las comunidades de la denominada "vía rápida", Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco, han anticipado varias de sus elecciones autonómicas por distintos motivos, pero las demás han celebrado juntas los comicios a sus respectivos parlamentos, al mismo tiempo que las municipales. Este año, además, también habrá europeas el 26 de mayo.

Sin embargo, Puig ha hecho uso de la prerrogativa que le otorga el Estatuto de Autonomía para anticipar las elecciones en la Comunidad Valenciana un mes, hasta el 28 de abril, que es cuando se celebrarán las generales.

Madrid fue la primera de las comunidades de "vía lenta" en adelantar sus elecciones autonómicas y fue por la crisis institucional que se generó con el llamado "tamayazo".

Después de las elecciones de mayo de 2003, el PP, con Esperanza Aguirre como cabeza de lista, perdió la mayoría absoluta, y el PSOE e IU llegaron a un acuerdo para investir presidente al socialista Rafael Simancas, frustrado por la ausencia voluntaria de los diputados Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez.

Tras cumplirse el plazo de dos meses desde la primera votación de investidura sin que ningún candidato obtuviera la confianza de la Asamblea, el presidente en funciones, Alberto Ruiz Gallardón, convocó nuevas elecciones para el 26 de octubre de ese año, en las que el PP recuperó la mayoría absoluta.

En Asturias, Francisco Álvarez-Cascos (Foro Asturias), que había ganado por la mínima las elecciones de mayo de 2011, decidió convocar de nuevo comicios ocho meses después, cuando el Parlamento regional rechazó su proyecto de presupuestos.

Las nuevas elecciones, celebradas en marzo de 2012, dieron la vuelta al tablero político y auparon al socialista Javier Fernández a la Presidencia del Principado.