A las órdenes de cualquier cambio. Arcadi España, hoy conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad y la próxima semana de quién sabe qué, es uno de los principales apoyos de Ximo Puig y sobre él pivota parte de la remodelación del ejecutivo autonómico. Suena para una macroconselleria, para Hacienda o incluso para Sanitat. En realidad, para lo que haga falta. Y él no se esconde. "Donde él quiera", dijo este jueves España que se pone a disposición de cualquier designio del president.

"Dentro, fuera del gobierno y, dentro del gobierno, donde él quiera", dejó bien claro esta mañana quien fuera durante la legislatura pasada el jefe de gabinete de Puig. Es uno de los suyos, no solo por presente sino también por futuro y la crisis abierta en el Consell le podría dar más galones, pasar de una conselleria de gestión, en la que ha cosechado ya algunos éxitos importantes (la tarjeta SUMA o la L10 de Metrovalencia), pero escasamente política, a otra cartera de mayor impronta y perfil político. Un paso adelante.

"Siempre lo he estado, desde que le conozco, y continuaré siempre igual. Lo que él mande", agregó por si quedaba alguna duda de que España se ofrece a lo que venga. "Será el president el que decida con total normalidad los cambios que quiera hacer", reiteró, aunque aseguró que pese a que han hablado de "muchos temas" Puig y él no lo han hecho de este. Al menos todavía. Al menos hasta que le suene el teléfono porque todo apunta a que lo hará en los próximos días.

De momento, se muestra "muy satisfecho" por la confianza que ha recibido en el departamento que ocupa actualmente y que su aspiración continúa siendo "la misma" desde que entró en política: "Siempre hacerlo bien". "Donde me ha correspondido, en la posición que el president ha decidido que me corresponda, intentar dejar las cosas un poco mejor que cuando me las encontré", añadió.

"Los cambios son algo normal"

Su atención a los medios, antes de visitar la fábrica Standler junto a su homóloga en el Gobierno de España, Raquel Sánchez, también sirvió, no solo para ponerse a la disposición de Puig para lo que diga, sino también para apagar cualquier fuego ante la dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà. Así, pidió "asumir estas cosas con normalidad" ya que "pasa en todos los gobiernos". "Los cambios de gobierno son algo normal y consustancial a la democracia, por lo tanto, lo veo con normalidad", subrayó.