En cinco escenarios singulares. De belleza arquitectónica que navega entre el neoclasicismo y el modernismo más exacerbado. Iglesias, palacetes y casas solariegas en el casco antiguo de Castellón, donde el teatro y las nuevas artes escénicas campan a sus anchas. La Fira del Teatre Breu la Ravalera asentó sus reales ayer en una propuesta sugerente, atractiva e innovadora con teatro de pequeño formato, y que se prolongará hoy viernes y mañana sábado.

Cinco escenarios con otras tantas obras. Como Noyerma, en la Casa de la Marquesa de San Joaquín, de la plaza Cardona Vives, a cargo de la compañía La Inestable, con un argumentario del deseo de tener y la necesidad de pertenecer; como Àristòtil i Batman, un encontre banal, por parte de Teatre de Caixó, que propone un encuentro entre dos desconocidos, momento de receso en los quehaceres de la vida. En la Casa dels Orfes, de la calle Obispo Climent, un egregio palacete del siglo XVIII junto a la calle Mayor.

Pero, también La teràpia, a cargo de la compañía Joc de dames, para entender comportamientos paranoicos y fobias, en la casa solariega de los Pardo, en la calle Alloza. Y, en el mismo vial, en la ermita urbana de San Nicolás de Bari, la Ravalera pone en escena Mares, un encuentro generacional y un tímido homenaje.

Asimismo, en el Casino Antiguo, antiguo palacio de los Tirado, en la plaza de la Puerta del Sol, el grupo La Medusa cautiva al espectador comprometido con Duel de tastavins, una prueba del duelo más importante del mundo de cata de vinos en metáfora.

PUESTA EN VALOR // Un circuito teatral urbano en recintos no convencionales que tiene como objetivo promocionar a jóvenes actores y actrices, artistas en general emergentes en Castellón, “que muchas veces se tienen que buscar la vida laboral fuera de nuestra ciudad para poder trabajar”. “Así, pueden mostrar todo su talento en casa”, como señaló en su día la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Castellón, Verònica Ruiz, en la presentación oficial de este certamen teatral.

Ruiz argumentó en su día que esta formula “hace llegar el teatro a todo el público con un nuevo formato, más próximo, más íntimo y con una magia especial, aparte de poner en valor parte del patrimonio de la ciudad, dando a conocer espacios que, formando parte de nuestra historia y vida cotidiana, han pasado de una manera u otra al olvido, y que es desconocido para muchos castellonenses”, argumenta.

Las representaciones son simultáneas y duran aproximadamente media hora cada una con cinco pases sucesivos, por lo que en una misma jornada pueden verse todas las funciones por la cercanía de cada uno de los escenarios elegidos para la ocasión. H