El artista Wences Rambla (1948) nació en Castelló de la Plana. Desde su infancia sostuvo un lápiz en su mano que le despertaron ganas absolutas de pintar. El amplio Universo Abstracto del castellonense estará abierto al público con una exposición fotográfica y pictórica hasta el 30 de septiembre en la sala Villa Elisa de Benicàssim.
¿Cómo recuerda sus inicios, como artista que emerge de Castellón, introduciéndose en el arte?
En mis inicios más bien todo eran dificultades. Quienes hacíamos cosas que se iban del paisajismo típico, adentrándonos en los lenguajes de las vanguardias --que explorábamos bien a través de las pocas revistas extranjeras que caían en nuestras manos o yéndonos, cuando podíamos, a visitar países europeos-- éramos considerados como bichos raros.
¿Alguna anécdota?
Precisamente ahora se cumplen 50 y 51 años que estuve en Munich y Londres, respectivamente, trabajando, pintando y viviendo una especie de mundo que se me aparecía a mis ojos, experiencia y conocimiento, unos años tremendamente fabulosos.
¿Cómo define usted el panorama artístico actual?
El panorama artístico castellonense podría ser mejor para la importancia que nuestra ciudad tiene. Así, por un lado, es lamentable que prácticamente hayan desaparecido las galerías de arte de nuestra ciudad. Afortunadamente, centros como el Museu de Belles Arts, el EACC, la Llotja del Cànem, la Fundació Caixa Castelló, entre otros, presentan una programación expositiva de calidad todo el año. Hay que destacar también el papel del MACVAC de Vilafamés.
A su parecer, ¿cree que habría que visibilizar más a los artistas de la provincia?
Lo que hay que visibilizar sobre todo son los lenguajes de la vanguardia. En el panorama castellonense expositivo se ha dado un salto desde la época del paisajismo tradicional y postimpresionista a últimas propuestas plásticas, dejando un vacío insoportable en medio. Provoca que ese desconocimiento por parte del público le impida poder entender mejor lo último que va apareciendo.
¿Existen similitudes entre artista y diseñador?
Naturalmente. El diseñador es quien proyecta objetos que tienen una función utilitaria, lo cual no significa que carezcan de una cualidad estética. El artista es quien realiza unos objetos peculiares como cuadros o esculturas, cuya finalidad principal es la expresión a través de la belleza. En definitiva, el diseñador prioriza un interés utilitario o funcional y el artista se debe a la estética y belleza.
"El diseñador prioriza un interés utilitario o funcional y el artista se debe a la estética y belleza"
¿Con qué aptitudes debe contar un artista en su proceso creativo?
Las aptitudes de un artista se van evidenciando a medida que plasma sus obras y las presenta a los demás. No se trata de esperar «la iluminación de las musas», sino que hay que estar atento y cuando venga la inspiración te encuentre trabajando. Implica ir probando qué composición geométrica funcionará mejor o qué tipo de texturas puedes lograr... Para expresar no se necesitan tantos artilugios.
La digitalización se abre paso.
Con un lápiz y una hoja de papel se puede lograr una gran obra, y usando tecnologías muy modernas puedes hacer un churro. Además de la pintura, he iniciado una línea paralela en la que he cambiado los pigmentos por herramientas digitales, pero en ambos soy fiel a mi idea de expresividad artística. Tanto mi pintura como esta clase de fotografía, que investigo con sus cromatismos lumínicos y estructuras diversas, caen en una completa abstracción.
¿Qué legado le gustaría dejar entre las nuevas generaciones?
Mi legado, si es que puedo dejar alguno, sería el de que se me considerase como quien supo aunar la investigación artística con la práctica de un arte que caminó por la senda de la abstracción.
