La entrega de premios del concurso de relatos convocado por el Festival Castelló Negre tiene este año un invitado de excepción. En el acto, que se celebra este 7 de abril en Vila-real, el escritor Paul Pen acompañará a los diez finalistas y les hablará de su última novela, La metamorfosis infinita, una historia que remueve al lector en lo más íntimo.
¿Qué te lleva a escribir sobre un dolor estremecedor que resumes tan bien como «el más horrible amanecer que pueda existir»?
Hay algo en las historias tristes y desgarradoras que me atrae. Esta es sin duda la más estremecedora, pero todas mis novelas anteriores hablan en mayor o menor medida de asuntos terribles y muy dramáticos, y en ellas se dan situaciones muy dolorosas. Creo que lo que me atrae del dolor en ficción es conseguir una conexión emocional con el lector, aunque también me gusta contrarrestarlo con grandes dosis de ternura y amor.
Te has decantado por ponerte en la piel de una mujer rota, contarlo desde dentro y no desde fuera.
Lo tuve claro desde el principio: la historia la iba a contar en primera persona la madre de Alegría. No quería hacer una crónica periodística del suceso ni juzgar o analizar a esa mujer con ojos ajenos. Quise entrar en su dolor para contar la realidad distorsionada de alguien que padece un sufrimiento tan grande, para quien las convenciones sociales del bien o del mal dejan de tener sentido.
«Creo que lo que me atrae del dolor en ficción es conseguir una conexión emocional con el lector»
La metamorfosis infinita está repleta de afirmaciones que caen a plomo, te quitan la respiración, te invitan a cuestionarte o al menos pararte a reflexionar sobre principios que uno podría considerar inamovibles. ¿Es intencionado?
Ha sido consecuencia de la trama y, sobre todo, de la voz elegida. No empecé la historia pensando en que existirían esas afirmaciones, pero al dejarme llevar por el dolor de esa mujer, su inconsolable sensación de pérdida, su rabia, su odio, fueron saliendo solas. Casi diría que fue ella quien escribió esas reflexiones.
«Solo queda gente viva para jugar a hacerse los justos». ¿Hablamos si existe legitimidad para una justicia alternativa a la oficial?
Ahí de nuevo volvía a influir el hecho de que la historia nos la cuente su principal afectada, con un juicio nublado por el dolor y un deseo de llevar a cabo un acto terrible aun siendo capaz de darse cuenta de que quizá no es el camino correcto. De alguna manera, es la propia madre de Alegría la primera que necesita buscarse esas justificaciones que expone para llevar a cabo una venganza que cree que la sanará.
¿Es imposible entender el dolor de otro?, ¿no es acaso esta novela un ejercicio para al menos intentarlo?
Sí, totalmente. He querido entrar en el dolor real, el del día a día, el insuperable, de esa mujer para tratar de comunicarlo y que se entienda. Pero es bastante probable que, como dice la madre de Alegría, sea realmente imposible “entenderlo” de verdad. Quizá pasa lo mismo con el enamoramiento. Te lo cuentan y lo entiendes, pero solo se conoce su verdadera magnitud cuando se experimenta.
¿Qué cree el autor sobre eso de que la felicidad consiste en conformarse con lo que se tiene en el momento que se tiene?
Es un pensamiento de Alegría que están destacando muchos lectores en sus reseñas, algo que me alegre y me sorprende, porque la idea de «conformarse» suele tener connotaciones negativas y, sin embargo, yo estoy bastante de acuerdo en que no. Alegría lo defiende entendiéndolo como algo positivo, una manera de agradecer lo que sí se tiene en lugar luchar siempre por lo que no. Quizá no es muy diferente de la renuncia del deseo de la que hablan los budistas...
«He pasado meses escribiendo sobre dolor, rabia, pérdida, odio, y eso te afecta
Quedarse indiferente con la lectura de La Metamorfosis infinita es muy difícil, por ser tan categórico al concluir que es imposible (que lo es). ¿Cómo has vivido el proceso creativo?, ¿cuánto ha dolido trasladarse a ese universo de sufrimiento?
Ha sido la novela que más he sufrido escribiendo, sin duda. No por el proceso en sí, que fue bastante fluido, sino por el contenido. He pasado meses escribiendo sobre dolor, rabia, pérdida, odio, y eso te afecta. Sin embargo, siempre me agarro a las partes luminosas de mis historias, que en este caso eran Alegría, las mariposas y la aparición de los personajes que ayudan a la madre de Alegría.
Invitas a darle vueltas a otra afirmación: ¿Puede ser una venganza hermosa?
Personalmente, y en la vida real, diría que no. Prefiero pensar como piensa Alegría, que habría que seguir adelante y tratar de olvidar la ofensa, precisamente para que el apego al dolor y la rabia no siga consumiendo lo que queda de tu vida. Pero en ficción, que siempre puede servirnos de catarsis, sí creo que hay belleza, y sobre todo justicia poética, en una venganza. Al menos en libros, películas o series, es muy satisfactorio de ver.
Cuesta dejar de leer, desvincularte de esa madre deshecha. ¿Qué tiene el sufrimiento así contado que nos hace empatizar tanto con él?
Quizá tenga que ver con esa capacidad catártica de la lectura, esa sensación de experimentar un dolor y superarlo, aunque sea de manera vicaria. Acompañamos a la madre de Alegría en su dolor confiando en que acabará superándolo, porque así de alguna manera sentiremos que nosotros también podremos superar cualquier dolor que nos esté afectando en la vida real.
«Ese amor tan incondicional y casi ciego, tiene un poder inmenso y puede iluminar hasta las mayores oscuridades
El amor, el que sentimos por nuestros seres queridos sin matices, ¿es la luz entre tanta sombra?
Sí, creo que ese amor tan incondicional y casi ciego, tiene un poder inmenso y puede iluminar hasta las mayores oscuridades. Aunque curiosamente yo he utilizado ese amor en mis anteriores novelas para que mis personajes hagan cosas terribles motivados por él. Es un contraste que me encanta.
Entonces, ¿has escrito una historia de amor o de odio?
Para mí, la novela es una historia sobre el amor a una hija y el increíble dolor que debe generar perderla de una manera tan salvaje e injusta. Todas las lecturas que puedan surgir de los pensamientos o actos de la protagonista serán las que el lector quiera hacer según sus propios valores.
¿Qué te gustaría que te dijera un lector después de haber leído la historia de Alegría y de su madre?
Lo que más me gusta que ocurra, y que está ocurriendo, es que me hablen de Alegría como si la conocieran. Para mí es casi una persona real y sentir que para los lectores también lo es, resulta muy satisfactorio. También me han dicho que se acordarán de ella cada vez que vean una mariposa y eso me hace una ilusión tremenda.
