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Antes de Bayona, el cine contó otras (muchas) veces la Tragedia de los Andes

El 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló contra un glaciar y 16 de sus 45 pasajeros volvieron a casa 72 días después tras haber vivido situaciones extremas para sobrevivir

La sociedad de la nieve , nueva película de J.A. Bayona.

La sociedad de la nieve , nueva película de J.A. Bayona.

Nando Salvà

Por su capacidad única para asombrar, conmover, inspirar y horripilar, el suceso conocido como la ‘Tragedia de los Andes’ -pero también como el ‘Milagro de los Andes’- ha llegado a adquirir un estatus casi mítico: el 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló contra un glaciar en la cordillera más larga del mundo, y 16 de sus 45 pasajeros volvieron a casa 72 días después tras haber vivido situaciones extremas para sobrevivir, entre ellas la ingesta de carne humana.

La última película en recrear aquel drama es lo nuevo de J.A. Bayona, ‘La sociedad de la nieve’, que acaba de llegar a los cine. Mucho se ha hablado de ella y, dadas las circunstancias -es la representante española en la pugna por el Oscar, y está nominada al Globo de Oro-, mucho se seguirá haciéndolo. A continuación destacamos algunos de los títulos que, a través de la ficción o en formato documental, lo hicieron antes que ella.

Supervivientes de los Andes (1976)

Producción mexicana, combina su retrato de la odisea sufrida por los supervivientes con una crónica de los errores cometidos por las autoridades durante su búsqueda. Aborda la antropofagia sin miramientos: incluye escenas más que suficientes durante las que la carne es arrancada de los huesos, secada y comida, e imágenes de cadáveres cortados, intestinos que asoman de cuerpos congelados y piernas heridas que supuran pus.

Pese a todo ello, es una película generalmente respetuosa, y por momentos capaz de generar el tipo de emotividad que uno no esperaría de su director, René Cardona, también responsable de ‘Las luchados contra el robot asesino’ (1969) y ‘Santo en El tesoro de Drácula’ (1969). Con motivo de su estreno en Estados Unidos, fue reeditada para enfatizar los aspectos más morbosos del relato, y publicitada prácticamente como una película de terror de serie B.

¡Viven! (1993)

Durante 20 años ha sido la película más famosa sobre el asunto. Aunque se basa en el aclamado libro homónimo de no-ficción publicado por Piers Paul Read en 1974, no se molesta en recrear la estructura social que, según se describe en esas páginas, se creó y se mantuvo durante aquellas 10 semanas en los Andes. Es una película menos interesada en la sociología que en hacer lo que Hollywood a menudo hace mejor: crear imágenes vistosas de destrucción y avalanchas y aderezarlas con momentos climáticos y brochazos de vaga espiritualidad.

Muestra una actitud timorata y algo insincera tanto frente al consumo de carne humana -parece avergonzarse de hablar de él pese a que si la antropofagia no hubiera ocurrido la película no existiría- como a las dimensiones de aquella epopeya en general. Para cualquiera de nosotros se hace difícil imaginar las dificultades que atravesaron aquellas personas, y ‘Viven’ no lo hace más fácil.

Viven: milagro en los Alpes (1993)

Diseñado como complemento de la ficción ‘Viven’, se apoya sobre todo en el testimonio del superviviente Nando Parrado, que perdió a su madre y su hermana en el accidente -lo descubrió días después, tras despertar de un coma- y que, junto a su compañero Roberto Canesa, caminó 70 kilómetros entre montañas a 4.000 metros de altitud hasta encontrar los signos de civilización que propiciaron el rescate.

Incluye imágenes que muestran a varios de los supervivientes de visita en el rodaje de ‘Viven’, afectados por la fidelidad de la recreación, y alguno rememora las discusiones que hubo en el seno del grupo sobre si comer la carne de sus amigos fallecidos era lo correcto. Todos ellos dan la sensación de ser hombres eternamente marcados, no tanto por la antropofagia como por el recuerdo de una prueba de resistencia humana cuya magnitud nadie más puede entender.

Náufragos: vengo de un avión que cayó en las montañas (2007)

Combina material audiovisual de archivo, decorosas recreaciones -diseñadas no para provocar pavor o repulsión sino para transmitir desolación- y fragmentos de entrevistas con los supervivientesque más de tres décadas después demuestran recordar hasta el detalle más aparentemente nimio.

En ellos reflexionan sobre su decisión de nutrirse de sus amigos muertos desde el punto de vista biológico, el logístico y el filosófico: los que volvieron a casa, gracias a la asistencia de los que no lo hicieron, han llegado a crear una descendencia que suma más de cien personas. Y, para ellos, además, ingerir aquella carne se convirtió en un ritual que alguien en el documental compara con la Sagrada Comunión. Por todo ello, en conjunto, la película funciona a modo de defensa incontrovertible de la necesidad de la solidaridad y la mentalidad de equipo frente a la catástrofe.

I am alive: surviving the Andes plane crash (2010)

También centrada en la figura de Nando Parrado, su objetivo principal es ofrecer datos y aclarar dudas técnicas. ¿Qué trayectoria exacta siguió el avión al caer? ¿Dónde se estrelló exactamente? ¿Cuántos vehículos de su mismo modelo -Fairchild FH-227- sufrieron accidentes a lo largo de la historia, y cuanta gente murió a bordo de ellos? ¿Qué tipo de heridas causó la colisión en los pasajeros? ¿Cómo se las arreglaron para construir una radio y un sistema para derretir el hielo? Esas cuestiones prácticas quedan aquí respondidas.

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