¿Libertad creativa en peligro?

El mundo del libro recela de Bolloré, el ultracatólico rey midas de los medios franceses

Tras la OPA de Vivendi sobre Lagardère, el controvertido empresario se hace con el control del principal grupo editorial en Francia 

Vincent Bollore.

Vincent Bollore. / REUTERS

Enric Bonet

Un movimiento de placas tectónicas en el mundo del libro en Francia. Numerosas editoriales francesas han vivido en las últimas semanas una de las recomposiciones de propietarios y capitales de mayor calado de la última década. A finales de noviembre, se confirmó la OPA del grupo Vivendi sobre Lagardère. Iniciada en 2021, esta operación no solo cambia el paisaje editorial y de los medios de comunicación, sino también engrandece el poder del controvertido empresario Vincent Bolloré, de 71 años, quien lleva las riendas de Vivendi y utiliza su poder empresarial con una evidente finalidad política. Y a favor de la derecha radical.

Con la OPA sobre el grupo Lagardère, Vivendi (Canal +, CNews, agencia de publicidad Havas…) se hace con el control de Hachette. Se trata de la empresa líder en el sector del libro en el país vecino y posee numerosas editoriales, como Stock, Calmann-Lévy, Grasset, Fayard o JC Lattès. De hecho, ha generado inquietud que todo este conglomerado caiga en manos de Bolloré. El empresario bretón, de 71 años, no ha dudado en influir de manera descarada en las líneas editoriales de los medios que posee, como la cadena CNews, la emisora de radio Europe 1 o más recientemente el Journal du Dimnache, un diario históricamente de centro que en pocos meses se ha convertido en una publicación de ultraderecha.

¿Hará lo mismo con las empresas de libros? Es el temor de escritores y editores. “Hay el riesgo de que tenga efectos nocivos sobre la creación literaria francesa”, alertaba a principios de año en una entrevista en Le Monde Antoine Gallimard, director de la prestigiosa editorial homónima. Hizo esa advertencia en un momento en que Vivendi no solo aspiraba a controlar Hachette, sino también fusionarla con Editis, segunda empresa en el sector editorial. Lo que hubiera significado que poseyera las editoriales que publicaron más del 50% de los 100 libros más vendidos en Francia en 2020, según datos de GFK. 

En manos del mecenas de Zemmour

No obstante, la Comisión Europea obligó al grupo Bolloré a desprenderse de Editis si quería culminar la OPA sobre Lagardère. Así sucedió con su venta a finales de octubre al empresario checo Daniel Kretinsky, propietario del 25% de las acciones de FNAC y con una presencia significativa en medios de comunicación galos. Aunque Vivendi se quedó sin un conglomerado editorial con tintes monopolísticos, preocupa la posibilidad de que su accionista principal influya en sus numerosas editoriales. 

Nacido en 1952 en Boulougne-Billancourt, en la periferia burguesa de París, Bolloré heredó en 1981 una decadente empresa de papelería. Desde entonces, multiplicó por 1.000 la cifra de negocios y creó toda una galaxia empresarial en el sector de los medios, logística, los puertos (con una gran presencia en África) y ahora en el mundo del libro. Es el octavo hombre más rico de Francia y uno de los empresarios que más hace correr ríos de tinta en el país vecino.

“Es un católico tradicionalista e integrista”, explica a El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica, el historiador Christian Delporte, especialista en los medios de comunicación y profesor emérito en la Universidad de Versalles. Hace 15 años, “era muy cercano a la derecha de Nicolas Sarkozy —hubo toda una polémica en 2007 cuando vieron al entonces candidato conservador en el yate de Bolloré —, pero en los últimos años se escoró hacia la extrema derecha”. En las pasadas presidenciales, fue el gran mecenas del candidato xenófobo y ultranacionalista Éric Zemmour. Puso a su disposición todo su arsenal mediático, especialmente, la cadena CNews.

“No tengo ninguna simpatía por sus ideas”

“Bolloré no es mi amigo. No tengo ninguna simpatía por sus ideas”, aseguró el escritor Jean-Baptiste Andrea, galardonado este año con el premio Goncourt por su novela Veiller sur elle. Este ex guionista, de 52 años, no se verá afectado por el desembarco del polémico empresario en el mundo editorial al haber publicado todas sus novelas en L’Iconoclaste, pequeña e independiente. En cambio, sí que se ven en esta situación algunos escritores conocidos por su compromiso de izquierdas —además de su excelencia literaria—, como la feminista Virginie Despentes, Gael Faye o Pierre Lemaître.

La actriz Julie Gayet publicó este año su primer libro Ensemble on est plus fortes en Stock (de Hachette) y ya ha anunciado que cambiará de editorial debido al nuevo propietario. “Me preocupa. No sabemos con qué salsa nos cocinarán”, reconocía la escritora Gaëlle Nohant en declaraciones a Le Monde. Pese a estas inquietudes, otros autores prefieren esperar a ver qué sucede. Algunos de ellos confían en que el empresario no intervenga en la libertad creativa y de ideas. Así lo hizo cuando fue propietario de Editis (entre 2019 y 2023) y no influyó en las decisiones de la Découverte, conocida por sus ensayos de izquierdas. 

En Francia, comparan a menudo la trayectoria de Bolloré con la de Rupert Murdoch. El empresario estadounidense ha construido toda una galaxia mediática con una línea editorial neoconservadora, simbolizada por la Fox News. Pero, en cambio, se ha mostrado más tolerante y no ha influido en las decisiones de los editores de Harper Collins. Una pluralidad que también esperan que respete Bolloré en el mundo del libro.