El Real Mallorca se clasificó para disputar la semifinales de la Copa del Rey al golear por 4-0 (1-1 en la ida) al Real Madrid, que se presentó en Palma con una mayoría de jugadores suplentes, en una arriesgada apuesta del técnico Vicente del Bosque que le salió rematadamente mal.

El equipo balear lo tuvo muy fácil desde el principio, dada la apatía madridista, que quedó reflejada con la presencia de sólo tres de los jugadores considerados titulares sobre el terreno de juego (Zidane, Raúl y Helguera).

Lo que hasta puede ser considerada prepotencia del Madrid al ningunear al rival y la eliminatoria tuvo una rápida y contundente respuesta en el campo. Los bermellones no son el Oviedo ni el Terrassa, anteriores rivales del Madrid en la Copa. El 1-1 de la ida tenía que haber servido de aviso para Del Bosque, pero no fue así.

A la media hora de juego, el Mallorca ganaba 3-0, con una exhibición del Caño Ibagaza, que brilló anoche a la altura de los grandes del fútbol español, y de Eto´o, frente a un rival entregado, paupérrimo, ridículo que apenas se acercó a Leo Franco.

El Madrid empezó a deambular como alma en pena por Son Moix, herido de muerte y, ya con Solari en el lugar de Zidane --quizás Del Bosque quiso ahorrarle mayores disgustos a una de sus estrellas--, Pandiani marcó tras una jugada espectacular firmada por Eto´o y el Caño.

Con un marcador insólito, 4-0, el Mallorca empezó a deleitarse frente a una grada entregada y un Madrid que intentó sacar su genio y su garra, pero sin mucho éxito. Los blancos quedaron eliminados y con la cara roja.