Acabó la temporada de la peor forma posible. Con la indignación de que nuestro Castellón, con un poco más de calidad, estaría desde anoche en Segunda División A. Otra vez llorando en el muro de las lamentaciones, pero como no existe remedio, vamos a reflexionar respecto al futuro inmediato.

Hoy comenzará a fraguarse un nuevo proyecto en albinegro. Será el undécimo de forma consecutiva en esa categoría maldita de la Segunda B, y tiene que ser el último, el definitivo.

Lo primero, lo inmediato, es tener claro quién va a ser el capitán del barco. Ya dije hace algunas semanas que Bonet tenía dudas respecto a la continuidad de Oltra, y las mismas siguen en la cabeza del presidente. Algo incomprensible cuando el actual técnico del Castellón ha sido, con diferencia, el mejor de la última década al frente de este club. Otra cosa distinta es que Oltra esté motivado para seguir, o se encuentre pendiente del teléfono para encontrar un destino superior. Hay que hablar con él de forma clara y, si continúa sintiendo los colores albinegros como la noche que pudo marcharse al Recreativo de Huelva, éste es el entrenador ideal para jugar otra vez la promoción y ascender. Sin duda.

Y una vez se tenga claro el asunto del banquillo, Bonet tiene que arriesgar con cuatro fichajes de auténtico lujo, de superior categoría, que marquen la diferencia. Mucho tendrán que decir en este sentido los nuevos empresarios que entraron en el Consejo de Administración. Aquí no vale jugar de farol. Feliz verano.