Álvaro Cervera no pudo debutar con una victoria, pero, visto lo visto ayer en Pamplona, sí con un buen resultado. El estímulo del relevo en el banquillo se notó en El Tajonar, aunque no lo suficiente como para cambiar de un plumazo con el lastre del equipo esta temporada: la ineficacia ofensiva. Los albinegros volvieron a chocar con el palo --esta vez, a cargo de Héctor--... pero, como la pasada semana, el mal fario no puede servir de excusa.

El Castellón necesitaba ganar, como mínimo puntuar, para volver al play-off, así que el empate puede ser bueno si Levante B y Zaragoza B no firman hoy tablas. De todas formas, el 1-1 no deja de poner el calificativo de finalísimas a los cuatro partidos que restan, el más inmediato ante el Hércules.

El rival era un equipo asequible, de los que luchan para mantenerse. Pero la mano del nuevo técnico no ha tenido suficiente con cuatro días de trabajo. Los albinegros tuvieron más posesión, cubrieron mejor los espacios, dieron más sensación de conjunto... pero, sin el premio del gol, quedó un trabajo deslucido.

Álvaro puso en liza su sistema de confianza, ese 4-1-4-1 que se transforma en un 4-3-3 cuando el equipo ataca. Los albinegros comenzaron bien, aunque con la esterilidad habitual en el último tercio de campo. Por contra, el Osasuna B se dejaba dominar, buscando las contras. En una de ellas, Oliva midió mal en su salida ante Rubiato, Rodri salvaba en primera instancia bajo palos, pero el rechace fue de nuevo para el filial osasunista y, esta vez, Markuleta ya no perdonaba remachando a placer el 1-0.

REACCIÓN TRAS EL GOLPE El Castellón no se hundió. Siguió tocando, buscando las bandas, sobre todo la derecha, por donde Héctor fue afinando el punto de mira hasta estrellar un balón en el palo tras una buena asistencia de Castell. Era el 20° poste de la temporada. Después, Torrecilla lo intentó por partida doble desde lejos: un balón se fue alto y el otro lo desvió el guardameta local con apuros.

El buen trabajo, a pesar de la momentánea derrota, de la primera parte pasó a mejor vida tras el descanso. Ni Juli ni Manu Busto pudieron mejorar lo poco ofrecido por Loscri y José Mari en la primera parte. La salida de Marcos y el cambio de sistema con dos puntas tampoco funcionó ante un Osasuna B que sí pudo aumentar su ventaja de no ser porque Oliva desbarató un mano a mano a mano con Markuleta.

Pero, cosas del fútbol, cuando peor lo pasaba el Castellón, sonó la flauta. A dos minutos para el min. 90, Rodri se sacó un misil que adornaba con un punto el debut de Álvaro. Mejoró la imagen, pero queda trabajo por hacer.