El numerito que montó la parte más exaltada de la hinchada del Betis a raíz del penalti señalado por Rubinos Pérez contra el Villarreal se ha saldado con una simple multa y un apercibimiento de clausura del estadio Manuel Ruiz de Lopera en caso de reincidencia.

Pese a la gravedad de los incidentes acaecidos el pasado miércoles en la visita de los de Pellegrini, el Comité de Competición del RFEF no ha estimado oportuno cerrar el campo del Betis. El partido llegó a interrumpirse durante tres minutos ante la lluvia de objetos que caían sobre el rectángulo de juego procedentes de la grada. Además, los hechos se tiñeron de una mayor gravedad al ser alcanzado uno de los auxiliares de Rubinos Pérez, lo que provocó la amenaza de suspensión.

Todos estos incidentes fueron reflejados por Rubinos Pérez en el acta oficial del partido, así como los que se produjeron a la conclusión del partido, cuando varios jugadores del Betis golpearon la puerta del vestuario arbitral para pedir explicaciones al colegiado.