La corta historia del Málaga tiene su miga. Hay que recordar que inició su andadura en 1994, en Tercera, y que cinco años después estaba en Primera. Y no quedó ahí la cosa, ya que después fue capaz de llegar a Europa.

Pero si quieres que un club se hunda, nada mejor que dejarlo en manos de los directivos. Tras asentar al equipo en la máxima categoría y, aún mas difícil, meter al filial en 2ª A, se empeñaron en hacerlo tan mal que de una sola tacada descendieron a sus dos principales equipos.

Serafín Roldán se llama el hombre que dirigía al Málaga, aquel que hace un par de años o tres dijo que "a lo mejor, hasta cae un título". Como pitoniso, no se hubiera ganado la vida.

El caso es que, el testamento del anterior mandatario ha sido un primer equipo en 2ª A, el segundo en 2ª B y una deuda de 30.000.000 euros, con el club abocado ahora a una ley concursal, algo que se ha puesto muy de moda. Como sucesor ha llegado Lorenzo Sanz, que compró la entidad y que tiene ahora la misión de estabilizar en la medida de lo posible a un club demasiado acostumbrado a caminar por el filo de la navaja en los últimos años.