En vista de tanto no (Chivu, Kaká, Pato, Cesc, Ballack, Toldo, Cristiano Ronaldo...), Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, no ha tenido más remedio que echar mano del talonario y traerle a Bernd Schuster los fichajes que tanto reclama éste.

Así, ayer, después de mucho batallar, el club blanco ató al holandés Roysten Drenthe (Feyenoord) a cambio de 14 millones de euros, ofreciendo 30 al Chelsea para fichar a Arjen Robben.

La postura del prometedor futbolista holandés del Feyenoord ha sido determinante a la hora de alcanzar el consenso. Drenthe amenazó, incluso, con ir a un tribunal de arbitraje porque consideraba que el precio que el club de Rotterdam pedía por él era abusivo. No hará falta, aunque el Real Madrid ha pagado una cifra mucho más elevado de la que había pensado en un principio.

En cuanto a Robben, el padre y agente del jugador reconoció que habían llegado a un entente con el Madrid... aunque para cerrar la operación, solamente faltaba que el club de Concha Espina y el Chelsea acuerden el precio definitivo del traspaso. El problema radica ahora mismo en el que la entidad blanca se ha plantado en su oferta económica y que todo dependía de que los londinenses aceptasen la oferta blanca y bajasen sus pretensiones económicas.

SUMA Y SIGUE Esta cifra sería idéntica a la que el Madrid abonó al Oporto por el central brasileño Pepe, hasta ahora el único dinero que ha desembolsado en fichajes, ya que tanto el defensa alemán Metzelder como el delantero argentino Saviola llegaron con la carta de libertad bajo el brazo.

Con estas incorporaciones, el Madrid no cierra el capítulo de fichajes. Aún podría apurar las negociaciones por el portugués Quaresma o el también holandés Sneijder, que son jugadores del gusto de Schuster. En ambos casos hay conversaciones abiertas. Pedja Mijatovic, director deportivo de la entidad, está decidido a seguir reforzando la plantilla.