Fernando Roig no está a dispuesto a ceder un ápice con Juan Román Riquelme. Ayer, el presidente del Villarreal se reafirmó en su postura de no regalar al centrocampista argentino al Boca Juniors, cerrando cualquier posibilidad de que se repita una cesión como la que permitió a Román regresar a La Bombonera a principios de este año.

Cualquier posibilidad para la entidad xeneize pasaría por un traspaso, aunque "Boca Juniors no ha hecho ninguna oferta", matizó el presidente. Roig solo ve dos posibilidades en el futuro de Riquelme. La primera pasa por que el futbolista acepte alguna de las "innumerables ofertas" que le han llegado al club amarillo, "todas y cada una de ellas transmitidas a su representante (Daniel Bolotnicoff) y todas rechazadas". La segunda, la menos aconsejable tanto para el Villarreal como para el jugador, es que Riquelme continúe como miembro de la plantilla de Pellegrini, si se llega al 31 de agosto (cierre del plazo de fichajes) sin una solución consensuada entre ambas partes.

Roig, además de la lógica decepción personal, es consciente del perjuicio económico que supondría mantener al argentino en la plantilla sin opciones reales de tener minutos, pero tampoco quiere que Riquelme se salga con la suya. Su discurso es claro y repetido hasta la saciedad: "El club que yo presido está por encima de todo". Un mensaje directo para el díscolo futbolista, que, contra viento y marea, sigue negándose a cooperar para desbloquear una situación que ha pasado de ser molesta a casi insoportable.

Roig, arropado por todos sus hombres de confianza, desde José Manuel Llaneza a su hijo Fernando Roig Negueroles, pasando por Pere Llop, Manolo Llorca, Ramón Marco y Salvador Ten, dejó cerrada la versión oficial del club hasta que se produzca alguna novedad. La más esperada es que Román baje del burro y acabe por aceptar su traspaso a otro club.

VUELVE MAÑANA Mientras Roig no se cansa de repetir que el Villarreal acomete "un proyecto nuevo" en el que no entra Riquelme, el futbolista está citado mañana en la Ciudad Deportiva para cumplir sus obligaciones como jugador del Submarino. Tras un mes exacto de vacaciones, Riquelme iniciará su particular pretemporada al margen del grupo, que está apurando su puesta a punto a las órdenes de Pellegrini. A partir de entonces, tendrá 15 días para reflexionar sobre su futuro.

De momento, sus consejeros no están velando por el interés deportivo del futbolista, que se arriesga a perder valor en el mercado tras su resurgir en el Boca y la selección. Después del ultimátum que le ha dado Roig, Riquelme, de no ceder y mantener su intransigente e improductiva postura, puede verse abocado a una larga travesía por el ostracismo futbolístico hasta que concluya su contrato (junio del 2009).

Por el bien del Villarreal, de Román y del fútbol --que no puede permitirse prescindir de la dosis de talento que aporta el argentino--, El Mago debe recapacitar y sacar de su chistera una solución coherente y positiva para todos. En sus manos está.