En su carrera como jugador en activo, José Carlos Granero se quedó en bastante menos de lo que apuntaba en principio. Era un lateral derecho de la cantera del Valencia con bastante futuro. En una época muy difícil para la entidad, fue ascendido al primer equipo. Tenía 19 años y debutó el 15/1/84, en Zorrilla, ante el Valladolid. Luego el Valencia descendió a Segunda y tuvo que hacer las maletas.

Granero recaló en el Recreativo, en 2ª A y posteriormente jugó en el Benidorm, Alcoyano, Jávea y Villena. Una grave lesión marcó un antes y un después. Aún siendo un jugador joven, ya tuvo claro que su futuro estaba en los banquillos. Con 25 años, siendo jugador del Recreativo, obtuvo la titulación Juvenil y, en el 93, la Regional.

Fue en el 95 cuando se inició en los banquillos. Lo hizo dirigiendo al Liria, en el grupo VI de Tercera División. Lo hizo campeón y, posteriormente, en la liguilla, conseguiría el ascenso a Segunda B. Granero se vio obligado a continuar en Tercera División, y lo hizo al frente del Ontinyent, que acababa de descender. Y se repitió la historia. Granero ascendió al equipo.

El guión fue calcado al de la temporada anterior. Granero fichó por el Benidorm, que había descendido a la división de bronce. Fue subcampeón en la liga regular y, en el fase de ascenso, consiguió el retorno a la Segunda B. Más tarde recaló en el Novelda que, como los anteriores, venía de descender de Segunda B. Y, como en un deja vu, los acontecimientos se repitieron. El conjunto alicantino quedó segundo clasificado en el grupo VI de Tercera y, en la liguilla, logró retornar a Segunda B. En la recta final de aquella temporada, el técnico de Chella se incorporó al Levante como ayudante de Pepe Balaguer, en Segunda A.

Míster del Levante

En la siguiente campaña, pasó a ser el primer técnico del equipo. El equipo granota acabó octavo clasificado, y aunque pudo concluir el campeonato fue cesado siendo sustituido por Pepe Balaguer. A partir de ahí, su carrera pareció que caía en picado. Fichó por el Nàstic, en 2ª B y, en la jornada 21, fue sustituido. Sin abandonar la categoría, se incorporó al Hércules, otro equipo cuya meta no era otra que el ascenso. Y la temporada fue mediocre. En la siguiente campaña futbolística le dieron puerta.

Luego, alejado de los banquillos, pasó a formar parte de la red de ojeadores del Espanyol. Era la temporada 06/07 y, en la recta final, el Alicante, que padecía una mala racha a pesar de estar arriba y, ante el temor de quedarse fuera de la liguilla, decidió destituir al exentrenador albinegro Álvaro Cervera y otorgarle el mando a Granero. El Alicante remontó el vuelo, acabó campeón de la fase regular, y estuvo a punto de conseguir el ascenso a Segunda División A. Lógicamente le dieron continuidad en la 07/08, y no defraudó. Después de muchos años quedándose a las puertas, el Alicante lograba el ansiado ascenso a la categoría de plata y por fin José Carlos Granero pudo continuar en un equipo al que hubiera subido de categoría. Esta vez, hasta la quinta, no fue la vencida.