El problema de iluminar una pista de F-1 parece resuelto en Singapur. 3.180.000 watios, 6.300 metros de andamiaje de aluminio, 26.283 metros de fibra óptica, 108.423 metros de cable eléctrico, 1.500 proyectores, 240 pilones y 12 generadores de energía se encargan de dotar a la pista de 3.000 lux. Para situar este parámetro hay que recordar que el salón de una vivienda familiar registra una media de 50 lux. Pero los cálculos del circuito se refieren a una noche despejada. ¿Y si llueve? "Nosotros manejamos un pronóstico del 60% de lluvia", dice Ross Brawn, el estratega y gran jefe de Honda.

Ayer mismo una monumental tromba de agua cayó sobre el circuito. Por esto, el fabricante de cascos Schubert se ha adelantado a los acontecimientos y ha trabajado en un nuevo modelo pensando en una carrera nocturna con lluvia. ¿Cómo evitar los reflejos de la luz en las gotas de agua? Ese es el gran problema para el que Schubert ha encontrado la solución al diseñar una visera totalmente antirreflectiva y polarizada tras la experimentación de materiales con base de policarbonatos.

Para evitar el empañamiento, Schubert ha ideado una visera térmica --al estilo de las lunas de los coches-- que con una pequeña batería puede igualar la temperatura exterior e interior calentando la visera hasta los 30 grados. Raikkonen, Massa, Heidfeld, Webber y Rosberg serán los primeros beneficiados.