Cuando el Real Madrid no juega bien, pierde, pero otros equipos cuando no juegan bien, no pierden. Hay que seguir porque un bajón significa perder puntos”, sentenció José Mourinho en la previa del partido en Anoeta. Así, a su manera, el portugués mantenía viva la rivalidad con el Barça que persiguen la mayoría de sus comentarios. Era su forma de expresar la suerte que tuvo el Barça en Granada, donde ganó por la mínima en un mal partido de los azulgrana, y el método para estimular a sus jugadores para que no bajaran la guardia en un estadio donde el eterno rival se marchó con un triste empate pocas semanas antes. El sábado ante la Real Sociedad los futbolistas se encargaron de llevar la contraria a The Special One. Bajaron la intensidad, pero, pese a ello, acabaron ganando en un campo que se les da bien.

BUENA RACHA // La última vez que el Madrid cayó en Anoeta, en el 2005, Xabi Alonso marcó un golazo a Casillas vestido de blanquiazul. Seis años después, para tranquilidad del capitán madridista, el tolosarra vistió de blanco. Será por esa buena racha en suelo donostiarra, por las siete victorias seguidas de esta temproada o por la posibilidad de acostarse líderes, que en San Sebastián la plantilla del Madrid parecía de tan buen humor como su entorno, y ahí comenzó a cimentarse el liderato en solitario, un privilegio que no ostentaba desde el 20 de noviembre del año pasado, poco antes de caer en el Camp Nou.

“Parece que a los compañeros de equipo les ha gustado la visita a Donosti, han colgado varias fotos”, comentaba en su cuenta de Twitter Xabi Alonso horas antes del encuentro del sábado. Y es que durante toda la tarde sus compañeros se habían dedicado a colgar fotos de la capital guipuzcoana como si estuvieran de turismo. Sergio Ramos, metido a paparazzi, posteó fotos de Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Casillas, Arbeloa, Pepe, Higuaín, Marcelo o Callejón. El tempranero gol de Gonzalo Higuaín hizo creer que el partido sería tan plácido como había sido la tarde.

Marcelo, a quien el Pipita fue a buscar tras el gol del punta argentino, mascaba chicle en el banquillo y bromeaba pese a que, a 20 minutos del final, el marcador reflejaba un para nada concluyente 0-1. A muchos les recordó a la imagen de otro lateral zurdo brasileño, Roberto Carlos, bromeando con Iván Campo cuando su equipo perdía en Balaídos.

El que no estaba para bromas era Cristiano Ronaldo. Y menos después, cuando vio que el cuarto árbitro levantaba su dorsal a falta de un cuarto de hora para el final. Quizás fue un error del colegiado o quizás Mou se lo pensó mejor, pero al final el que se fue al banquillo fue Higuaín. “Ha sido un partido bueno y creo que ellos no han tenido ni una oportunidad clara en todo el partido”, comentó el argentino. H