Mal día para vender los presuntos valores ejemplares que encarna el madridismo, como se vio obligado a hacer ayer Florentino Pérez en el acto de presentación del Real Madrid Resort Island, complejo turístico que llevará el nombre del club blanco en el emirato de Ras Al Khaimah y que contribuirá a sanear más sus cuentas con 25 millones de euros al año.

El abrazo que el presidente dio a Jose Mourinho podría interpretarse como una señal inequívoca de identificación plena de la cabeza visible del club con la actitud del entrenador y del equipo tanto en el césped de El Madrigal como en el túnel y los vestuarios. Luego, Florentino siguió a pies juntillas la ley del silencio autoimpuesta en la Casa Blanca, pues omitió referirse a los acontecimientos protagonizados por los suyos en Vila-real. Tampoco habló ningún jugador en rueda de prensa, ni tampoco lo hará hoy, víspera del partido frente a la Real. H

Florentino Pérez también sigue a pies juntillas la ley del silencio autoimpuesta en el seno del Madrid