La Policía Nacional estrecha el cerco para conocer la identidad y detener al vándalo que lanzó un bote de gas lacrimógeno al terreno de juego del Madrigal en el minuto 87 del partido del pasado sábado entre el Villarreal y el Celta. Las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio del Madrigal reflejan cómo un individuo joven, de alrededor de 30 años y una estatura en torno al 1,70 de altura y ataviado con una camiseta del conjunto amarillo con el nombre de Giovani dos Santos a la espalda, lanza con la mano el bote de gas lacrimógeno al césped desde el interior de un vomitorio cercano a la zona de tribuna y sito en el fondo sur.

No se distingue con nitidez el rostro del triste protagonista de la última jornada de la Liga BBVA, y en las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia se le observa abandonando con rapidez la grada y dirigiéndose a la salida número 10 del campo con dirección a la calle. El energúmeno responsable del incidente pudo marcharse del estadio en apenas unos segundos, puesto que en su plan premeditado ya figuraba hacerlo cuando se abrieran las puertas del recinto en los minutos finales, tal como manda el protocolo de seguridad y como cumplieron los dos vigilantes de esa puerta número 10, que ayer confirmaron ante los responsables del Villarreal y de la Policía Nacional que no entró nadie en los minutos finales del choque.

Los agentes de la autoridad cuentan con dos testigos que aseguran haber visto al hombre más buscado en la provincia de Castellón en estos momentos y que se personaron para ofrecer su testimonio a las fuerzas de seguridad. Se trata de dos jóvenes aficionadas que ya han prestado declaración en las dependencias policiales y que se encuentran en disposición de reconocer al autor del lanzamiento del bote. Para ello, es necesario visionar en los vídeos de las cámaras de seguridad uno a uno a los seguidores que se dieron cita durante el partido en aquella zona del Madrigal. Y en ese proceso se encuentra la investigación.

RASTREO DE CÁMARAS // La policía está rastrillando un gran número de vídeos, no solo procedentes de las cámaras situadas en el interior del campo, sino también de las instaladas en la plaza del Llaurador y las calles adyacentes al Madrigal. Incluso ya existen sospechosos, pero la cautela que exige la investigación obliga a que se mantenga una discreción absoluta en una operación a la que se ha dado una prioridad absoluta de medios. Las pesquisas barajan varias hipótesis sobre el gravísimo incidente que hubiera podido acabar con fatales consecuencias en la noche del pasado sábado. El Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con los responsables de seguridad del Villarreal CF y la Policía Local, no han parado de trabajar desde el día de autos para descubrir al autor de los hechos que han conmocionado tanto a Vila-real como al resto del país, por un suceso tan infrecuente en el Madrigal como en el fútbol en general.

REPERCUSIÓN MEDIÁTICA // Nadie va a un campo de fútbol con un bote de gas lacrimógeno camuflado entre sus vestimentas. El vándalo que ha puesto al Villarreal CF como epicentro de portadas de periódicos nacionales e internacionales, de minutos y minutos de informativos de radio y televisión de todo el mundo, tenía perfectamente estudiado y preparado su plan de acción.

Se situó en el vomitorio cercano a la tribuna del gol sur, se metió en su interior, alejado de la visión de la grada, esperó a que se abrieran las puertas del estadio de acuerdo al protocolo de seguridad vigente que obliga a facilitar la libre salida unos minutos antes del final del encuentro, y lanzó sobre el césped el bote de gas lacrimógeno que obligó a paralizar la recta final del encuentro entre amarillos y gallegos.

PROCEDENCIA DEL BOTE // Precisamente, otro de los puntos sobre los que se basa la investigación es la procedencia del bote. Se trata de un artículo que no se encuentra en el mercado a libre disposición de los posibles compradores, ni muchísimo menos, y cuya pertenencia solo se halla al alcance de los cuerpos de seguridad del Estado. Este tipo de artefactos solo se encuentran en el mercado negro y, desde luego, es bastante complicado acceder a ellos para el ciudadano de a pie, lo que avala la hipótesis de la premeditación y el ánimo de causar un daño al Villarreal CF sobre la que incidió el presidente del club, Fernando Roig, en su urgente comparecencia ante los medios una vez finalizó el encuentro. La investigación policial sigue también ese hilo conductor para uno objeto que suelen provenir ilegalmente de países del Este de Europa.

El hecho de que el vándalo del Madrigal portara una camiseta del conjunto amarillo no implica para la investigación que se tratara de un seguidor habitual del Submarino y podría ser simplemente una forma de pasar más desapercibido entre la gente, aunque como es lógico la policía no descarta ninguna hipótesis. H