El ascenso del Castellón pasa, más que nunca, por Castalia. El Linares toma ventaja, pero nada definitivo. Fran Carles puso por delante a los azulillos, penalizando una primera parte en la que los albinegros hicieron aguas. La reacción de la segunda parte hizo merecedor al equipo de Calderé de, al menos, el empate, pero Lopito y el poste lo evitaron.

La tarde ya empezó torcida para el Castellón. Javi Selvas, ese jugador tocado que Calderé mantuvo sin desvelar, tuvo buenas sensaciones el viernes en el entrenamiento en Torredonjimeno y formaba parte del once, pero se resintió de sus problemas musculares y dejó su puesto a Adrià. El resto del equipo era el cantado, con Canadell volcado a la izquierda en detrimento de Pruden.

El arranque del partido no reflejó la querencia de dos equipos por la pelota. El cuarto de hora discurrió en una mar de rifirrafes, saques de banda, faltas… interrupciones por doquier. El Linares corrigió y el Castellón no.

El encuentro cambió cuando David Gámez dijo aquí estoy yo. Un jugadorazo, sin duda el Xavi de la Tercera División. Claro que los albinegros dejaron que maniobrara como si fuera el patio de su casa. Los orelluts perdían todos y cada uno de los duelos, aunque la brega inicial de Rubén Negredo mantuvo a los jiennenses alejados del portal de Álvaro Campos. Solo por un tiempo.

Fran Carles fue el primero en exigirle, en ese cambio de tendencia del encuentro cada vez más acentuado. El Castellón era un océano de dudas; el lenguaje corporal de los futbolistas denotaban que si estaban aleccionados para una situación así, no lo demostraban. El meta valenciano evitó el gol de Rafa Payán, y Pablo Suárez que Corpas la empujara poco después para abrir el marcador. Un despeje defectuoso de Guille Vázquez, acompañado de un desajuste defensivo a la hora de tirar el fuera de juego, propició que Fran Carles encarara a Campos y le superara con tanta calma como claridad (min. 35).

45 MINUTOS PARA OLVIDAR // El Castellón tampoco dio una respuesta enorme en lo que quedaba de primera parte, absolutamente desaprovechada por los albinegros, que ni siquiera dispararon sobre el portal de Lopito. El 1-0 del descanso, además de justo, era incluso satisfactorio, porque la superioridad azulilla fue más que manifiesta aunque, eso sí, más en posesión y ataque que en remate.

Calderé se había pasado todo el primer tiempo insistiendo en que sus futbolistas tocaran y tocaran. En la víspera, había dicho que solo les pedía que fueran ellos mismos, pero ni por asomo lo fueron en los primeros 45 minutos. Llamaba poderosamente la atención ese bajada de rendimiento global, en el que solo Castells, y no siempre, contenía al Linares, que generaba peligro cada vez que Bauti y Corpas buscaban el dos contra uno por la derecha o siempre que Juanfran o Rafa Payán se descolgaban para aprovechar el agujero entre Castells y la pareja de centrales albinegros.

REACCIÓN ALBINEGRA // El Castellón dio el obligado paso al frente tras su regreso de la caseta gracias a la aparición de Meseguer, que empezó a hacer funcionar la maquinaria albinegra. El vila-realense comenzó a asociarse con Rubén Suárez y Canadell, que gozó de la primera gran ocasión, pero Lopito demostró lo buen portero que es. Castells también probó al granadino desde la larga distancia. Con menos fútbol que el Linares en la primera parte pero con más peligro, el 1-0 se tornó injusto a medida que el Castellón fue fabricando ocasiones, sobre todo cuando Yagüe y Uriarte hicieron acto de presencia en los últimos 20 minutos. Chico y Lopito se interpusieron entre el de Vilassar de Mar y el 1-1, pero nada que ver con la acción del 82: Yagüe remató al travesaño y Uriarte, con toda la portería para él, la estrelló en el poste.

El Castellón continuó pero murió en la orilla, con un resultado que era justo al descanso pero que no acabó recogiendo los méritos en una segunda parte en la que mereció el empate. Castalia deberá remar a favor para que el Castellón suba a Segunda B. H