El vestuario se cansa de Cruz

La dura realidad, el triste presente del Castellón, vuelve a quedar retratada a través del inusual comunicado, rubricado por cuerpo técnico y jugadores, como respuesta a las sorprendentes bajas de Arturo Navarro, Alberto Ramos y Borja Gómez. En él, los firmantes no consideran las explicaciones convincentes (aquello de los «motivos deportivos» con el que el club informó de prescindía de los tres afectados»), aderezado con «la intranquilidad reinante en el vestuario por todos los acontecimientos que se están produciendo de manera encadenada en las últimas semanas».

Un movimiento con el que plantilla y técnicos dicen basta, verbalizando el hartazgo con el máximo responsable del club, de quien parte la idea de cargarse a los tres futbolistas, uno de ellos básico hasta su lesión y los otros dos, titulares en Almassora. Una decisión, tomada con Ramón Moya, saltándose a Saúl Suay e, incluso, a Frank Castelló.

Entrenador y futbolistas analizaban ayer por la mañana los efectos del tremendo golpe a la línea de flotación del vestuario, que había conseguido blindarse a los crecientes y graves problemas socioeconómicos de la entidad. Hasta ahora. La nota de prensa no era muy extensa pero sí esclarecedora. «La plantilla y cuerpo técnico del Castellón SAD quieren, con este comunicado público, manifestar su total disconformidad con la medida tomada por el club de dar de baja a los compañeros/jugadores Arturo Navarro, Borja Gómez y Alberto Ramos», introdujo. «Los motivos esgrimidos para su decisión y las explicaciones verbales recibidas no las podemos considerar, para nada, convincentes», añadió. «También queremos expresar y manifestar la intranquilidad reinante en el vestuario por todos los acontecimientos que se están produciendo de manera encadenada en las últimas semanas», profundizó. «Deseamos que reconsideren su postura por el bien del equipo en pos de poder conseguir los objetivos marcados al principio de temporada», concluyó. Vuelta atrás que no se produjo.

Ramos descartó la opción de marcharse cedido y, con la carta de libertad en la mano, podrá incorporarse a cualquier equipo. En cambio, un muy enojado Borja Gómez no aceptó un préstamo al Segorbe, ni tampoco las condiciones económicas ofrecidas en una reunión en la que no estuvieron ni Cruz ni Moya, por lo que continuará bajo la disciplina albinegra, aunque habrá que ver en qué condiciones. La marcha de Arturo pasaba por su rescisión, circunstancia que no se ha producido de forma oficial (ninguna de las partes se ha pronunciado). Horas después, el presidente trataba con varios jugadores los últimos acontecimientos.

El malestar de la plantilla ya viene de tiempo atrás, motivado por los problemas en el desempeño de su trabajo y, sobre todo, por el retraso en los emolumentos. Muchos de los jugadores fueron aconsejados para que se afiliaran a la AFE, con el objetivo de poder defender mejor sus derechos, ante los problemas que se avecinaban.

EL PULSO sE ACENTÚA // La situación no solo pone en un brete a la plantilla, que se enfrenta a un serio problema de inestabilidad,

sino que también deja a Castelló en una delicada situación. Cruz lleva tiempo presionando para que el técnico tire la toalla y aunque la dimisión ha rondado la cabeza del bocairentí, la ha descartado, primero para hacer frente común con sus jugadores; y segundo, por el coste económico, en lo personal, que le acarrearía.

Sin embargo, con el debilitamiento de la plantilla, él es el primero en reconocer que, con todos los obstáculos, el objetivo de los play-off y, en consecuencia, la lucha por el ascenso, es un doble objetivo herido de muerte. H