El Atlético de Madrid solucionó a tiempo un apuro en el Wanda Metropolitano gracias, una vez más, a un gol de su delantero estrella Griezmann, al que le bastó un chispazo en todo el encuentro, y a las paradas de Jan Oblak para derribar a un competitivo Rayo Vallecano (1-0).

Del gol de Antoine y de las intervenciones salvadoras del portero esloveno en el tramo final, determinante cuando su equipo asistía encerrado a los instantes finales para contener la ambición y los méritos de su rival, que hizo mucho más para ganar o empatar que para perder, surgió ganador el bloque de Simeone.

Da igual que el francés aún no esté a su mejor nivel físico ni técnico, que su pretemporada haya tenido los condicionantes del Mundial logrado en Rusia o que apenas hubiera entrado en juego en sesenta y tantos minutos. Tiene gol, muchísimo. Le bastó un córner de Lemar, un rechace y un balón suelto para el 1-0 (minuto 63), imposible, después, sin un par de paradas de Jan Oblak.

Empatado al descanso, el Atlético sí mandó en la reanudación. Mientras, el Rayo bajó el rendimiento físico que le permitió acechar tanto a sus rivales en cada sector del campo, y fruto de ello el equipo local subió algunas revoluciones y encontró el gol en una acción a balón parado.

Tras el gol, solo Oblak con una parada antológica a Sergio Moreno pudo impedir que el Rayo Vallecano igualara el partido.