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el Periódico Mediterráneo 0 0LA CRÓNICA DEL ENCUENTRO EIBAR VILLARREAL

El Villarreal crece un punto como equipo

Luis García frena la hemorragia defensiva con un partido enorme de trabajo y entrega del Submarino en Ipurua

El Villarreal crece un punto como equipo

El Villarreal ofreció ayer en Ipurua su mejor partido de la temporada en lo que respecta al aspecto defensivo. Resistió el fútbol intenso y el ritmo altísimo que imprimió el Eibar al encuentro, con unas actuaciones espectaculares de Funes Mori y Sergio Asenjo, con mención especial para la entrega de todos los groguets que saltaron al campo. Un partido de mono de trabajo en el que el Submarino salió fortalecido como equipo y sumó un punto importante al que no hay que restar mérito en esta Liga tan tremendamente igualada. Y acabó con la portería a cero. Luis García logró cerrar la hemorragia defensiva del Villarreal. Esa es la botella medio llena. La medio vacía también refleja que los amarillos solo generaron un saque de esquina y un par de ocasiones de gol, aunque una tremendamente clara para Gerard Moreno. Y poco más. En Ipurua se estuvo más cerca de la derrota que de la victoria, pero el crecimiento como conjunto y la actitud marcan un antes y un después. Solo corriendo como se hizo ayer en Eibar se puede salir de las aguas pantanosas en las que ahora vive instalado el Villarreal. Solo con ese estilo se puede abandonar la zona descenso, ahora mismo el único objetivo del Submarino.

Ipurua era un test de primer orden para evaluar el gen competitivo del Villarreal de Luis García. El técnico optó por repetir once, salvo el regreso de Mario —sancionado el pasado jueves ante el Madrid— y las ausencias obligadas —también por causas disciplinarias— de Jaume Costa y Álvaro, relevados por recambios naturales como Pedraza y Funes Mori, respectivamente. Era el premio al buen partido ante el Real Madrid y también una apuesta por la continuidad, y aquello de no toques lo que funciona bien. Era un partido de fuerza y garra, ante un rival machacón que no deja respirar al rival, con una presión asfixiante y que explota el juego por las bandas buscando el centro al área. Una prueba de fuego para examinar la fuerza defensiva del Submarino. Y el Villarreal respondió a la perfección.

FIRMEZA ATRÁS / El Eibar no dejó la pelota al rival ni tampoco que canalizase el juego desde atrás. No había mejor forma de tapar al tsunami Chukwueze que cerrarle el grifo de las asistencias desde la medular. Dejar sin balón a Fornals y Cazorla era la mejor forma de marcar al nigeriano. El equipo eibarrés imprimió un ritmo muy alto de juego, con transiciones rápidas y explotando las bandas buscando su fuerte: el juego aéreo. Pero el Villarreal de ayer salió bien armado, con una intensidad defensiva tan alta como la del Eibar y no dejando resquicio alguno para el error. Funes Mori y Víctor Ruiz no dejaron invadir su espacio, con la colaboración de Javi Fuego y Santi Cáseres, que no se arrugaron en ningún momento. Desde luego, no era un partido fácil.

Defensivamente, los amarillos hicieron un partido de manual. Eso sí, siempre fueron a remolque del rival y apenas pisaron área. Hasta que aminoró el Eibar su ritmo asfixiante y la presión sobre el poseedor del balón y atenuó su intensidad en los minutos finales del primer tiempo y los hombres de Luis García pudieron tener el balón para enlazar alguna llegada al área de Riesgo... pero sin peligro. La pudo tener Gerard Moreno, quien salió en posición legal solo ante la meta eibarresa, pero el asistente no dejó seguir la jugada y no hubo lugar para la intervención del VAR. Un claro ejemplo de la desigualdad de criterios. El Villarreal salió perjudicado. Con empate a cero se alcanzó el descanso.

El Villarreal comenzó el segundo tiempo con una ocasión de esas con las que sueña un delantero. Cazorla le sirvió un balón en boca de gol a Gerard Moreno, que a un metro de la línea de gol no acertó a embocar lo que parecía el 0-1. Riesgo se estiró lo suficiente para blocar el remate del delantero catalán. A partir de ese momento, el Eibar volvió a la carga con una intensidad y un ritmo de juego que obligaron a los amarillos a atrincherarse en el área y achicar balones como podían. Impecable el trabajo de Funes Mori y Víctor Ruiz, y de toda la zaga amarilla. Mención aparte para Sergio Asenjo, espectacular en intervenciones decisivas y en las salidas. El buen trabajo defensivo mantenía vivo al Submarino y muy metido en el partido.

RITMO FRENÉTICO / El balón no paraba de correr. ¡Y a qué velocidad! Los dos equipos jugaron a cara de perro un fútbol volcánico y explosivo. Sin corsés tácticos, pero con un altísimo nivel defensivo, sobre todo por parte del Villarreal, que botó el primer saque de esquina a su favor ya en el minuto 82. El equipo de Luis García sufrió de lo lindo para mantener su portería a cero, pero eso le permitió entrar en los últimos minutos con ciertas opciones de ganar... y también de perder.

Funes Mori y Bacca, revulsivo para el ataque amarillo en la última parte del encuentro, dispusieron de sendas oportunidades. Y el Eibar una clarísima ya en el tiempo de prolongación que el central argentino, ahora en su propia área, sacó bajo la misma línea de meta. San Asenjo también tuvo gran parte culpa del cero a cero final en Ipurua. Por fin, el Villarreal acabó sin recoger balones de dentro de su portería. Un punto sufrido, trabajado a golpe de sacrificio pero que supone un paso importante para el crecimiento como equipo del Villarreal. Ese es el camino a seguir.

LUNES

7 DE ENERO DEL 2019

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