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LIGA DE CAMPEONES

El Barça divisa las semifinales tras su primer triunfo en Old Trafford

Los de Valverde se fortifican ante el United y aprovechan una de sus escasas oportunidades

El Barça divisa las semifinales tras su primer triunfo en Old Trafford

En Manchester, meca del fútbol y la música pop, el Barça hizo historia aferrado al título de una canción de un grupo local que sonó por la megafonía de Old Trafford antes del partido: I’m into something good, de los Herman’s Hermits. Como el protagonista de la canción, el Barça está a puertas de algo bueno. Muy bueno. La semifinal de la Champions. Y todo gracias a una victoria para los anales. Nunca antes habían ganado los azulgranas en casa del United. El 0-1 final, sustentado en un autogol de Shaw y en la imponente actuación de Piqué, que comparecía ante la que fue su afición convertido en uno de los mejores centrales del mundo, pone las cosas de cara a a los de Valverde ante el partido de vuelta en el Camp Nou. Aunque mejor lo tenía el PSG en los octavos de final y la cosa acabó en tragedia.

I’m into something good, decíamos. Pero para resumir el encuentro también nos valdrían títulos de otras canciones de bandas mancunianas como Boredom (aburrimiento), de los Buzzcocks; Panic (no hace falta traducción), de los Smiths, o incluso She’s lost control (ella perdió el control), de los fundacionales Joy Division. Porque el Barça ganó esta vez sin dominar y sin apenas ocasiones, entregándose a la solvencia de su zaga para mantener la renta mínima obtenida en una jugada aislada.

Apostó Valverde por el mismo once que demolió al Tottenham en Wembley en el encuentro de la fase de grupos (2-4), un duelo que marcó un punto de inflexión en la temporada azulgrana y que asentó a Arthur como una pieza fundamental. Enfrente, Solskjaer abrigó a su equipo con una defensa de tres centrales y dos laterales, confiando todo el protagonismo ofensivo a la intimidante pareja formada por el explosivo Rashford y el poderoso Lukaku.

UN CHISPAZO DE MESSI / De este modo, con el Barça adueñándose de la pelota y gestionándola con paciencia y el United apostado a verlas venir, la mitad del césped defendida por los red devils no tardó en poblarse más que los pubs de los aledaños de Old Trafford dos horas antes del partido. Pero no por acumular gente atrás se mostraban más seguros los locales, y bastó que Messi, bien asistido por Busquets tras una larga jugada coral, decidiera poner una vez a prueba a la defensa mancuniana para que esta se abriera como las aguas del Mar Rojo al paso de Moisés y permitiera a Suárez un remate de cabeza que Shaw desvió a la red. El VAR corrigió la decisión inicial del árbitro de invalidar el tanto y los azulgranas se vieron por delante en el minuto 11.

Extrañamente, el gol desconcertó menos a los de Manchester que a los de Valverde, que dieron un paso atrás. Aun así, los planes de ataque del equipo de Solskjaer tenían la sofisticación de una cañería y se limitaban a cargar el área para esperar el centro.

Se suponía que la llegada del descanso resultaría balsámica para un Barça necesitado de pausa y control, pero la segunda mitad empezó como acabó la primera: con los locales empujando, un descomunal Piqué achicando, Messi inusualmente improductivo y Coutinho administrando la eutanasia a las escasas aproximaciones de su equipo al área de De Gea. Pintaba feo el panorama y Valverde dio entrada a Vidal y Sergi Roberto por Coutinho y Arthur. Los cambios sirvieron para dar algo más de vivacidad al juego, pero en el fútbol de los azulgranas el sol se había puesto ya hacía rato y solo quedaba gestionar los minutos para sellar el triunfo. El primero a domicilio del Barça en una eliminatoria de Champions desde el 23 de febrero del 2016. Tal vez es que, en efecto, algo bueno está a punto de pasar.

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