La polémica continúa salpicando al play-off exprés con el que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) pretenden dilucidar los clubs que subirán a Segunda División A esta temporada. Más allá de las particulares condiciones en las que se disputará y de las exigencias económicas que está suponiendo para los equipos implicados, entre ellos el CD Castellón, algunos de los que se quedaron sin opciones de pelear por dar el salto al concluir la fase regular en Segunda B están dispuestos a dar guerra hasta el último momento.

Uno de los que más fuerza está haciendo desde que se conoció la resolución de la RFEF es el Lleida Esportiu (5º), que incluso ha optado por ir a los tribunales para tratar de paralizar la promoción de ascenso que se jugará a partir del próximo 18 de julio en tierras andaluzas. De momento, el club ilerdense ha dado un paso más en su objetivo después de ver cómo el titular del Juzgado Central de la Audiencia Nacional ha admitido a trámite su recurso y la petición de medidas cautelares contra la resolución del CSD sobre la finalización de las competiciones y contra los acuerdos de la RFEF de cierre de la temporada. Asimismo, el juez ha dado un plazo a la presidenta del CSD, Irene Lozano, para que formule alegaciones en el plazo de 10 días.

Con la sede fijada y todos los clubs implicados entrenando desde hace semanas, más allá de los correspondientes plazos burocráticos y el mes que resta para la disputa de los partidos por el ascenso a Segunda, parece difícil pero no imposible que esta petición tenga su efecto y el play-off exprés acabe paralizándose.

Cabe recordar que el Lleida había impugnado ante el juzgado central de lo contencioso administrativo de la Audiencia Nacional la resolución del CSD que dio «cobertura» a las federaciones para decretar el cierre de la temporada. Además, solicitó la cautelarísima (sin escuchar a las partes) que no ha sido admitida.