Empezó con muy buen pie, con una destacada e inesperada victoria contra el Sporting de Gijón en el Estadio Castalia (2-0), con buenas fases de juego y generando más ocasiones de lo que el equipo acostumbraba, pero el efecto Garrido ha durado poco y se ha ido diluyendo en los últimos encuentros. El CD Castellón buscaba una reacción con la llegada del entrenador valenciano al banquillo, pero este no ha dado con la tecla adecuada en el mes que lleva al frente del conjunto orellut y el equipo se ha hundido en la clasificación de Segunda División, perdiendo la renta que poseía y colocándose a cuatro puntos de los puestos de permanencia en la categoría.

De los últimos doce puntos en juego, los que se han disputado desde su fichaje por el Castellón el pasado 13 de enero, el conjunto de Garrido solo ha sido capaz de sumar tres. Se impuso al equipo asturiano, se perdió en Almería (3-1) y después se han encajado dos derrotas seguidas en casa contra rivales que, a priori, eran presumiblemente asequibles, como el Mirandés (0-1) y el Fuenlabrada (1-2).

Pero, más allá de las derrotas encajadas, lo más preocupante ha sido la imagen ofrecida por el equipo en los dos últimos partidos. El Mirandés fue muy superior al Castellón, pero también lo fue el Fuenla sin apenas hacer mucho ruido y al equipo albinegro, aunque lo peleó sobre todo en el segundo tiempo, se le vio falto de ideas y sin saber muy bien a qué jugaba. Ni la llegada de tres refuerzos (Khrin es el único que queda por debutar) ha servido de momento para que el Castellón dé ese paso al frente que se espera, recupere las señas de identidad con las que compitió en la mayor parte de encuentros con Óscar Cano al frente y empiece a sumar de tres en tres para mantener sus opciones de salvación hasta el final.

Aunque parecía tener las ideas claras y un bloque muy definido, Garrido ha ido haciendo probaturas en los últimos partidos y el equipo ha perdido su esencia. Con el once con el que se ganó al Sporting (Campos; Iago Indias, Gálvez, Carlos Delgado, Víctor; Arturo, Carles Salvador, Gus Ledes, Marc Mateu; Rubén Díez y David Cubillas) dio la sensación de que tan solo colocando a algunos jugadores en su posición natural el equipo ganaba solidez en ataque y seguridad atrás. Fue esa misma alineación con la que probó suerte en Almería, pero en esa ocasión ya no funcionó puesto que el conjunto rojiblanco fue un puñal en ataque.

A partir de ahí, los cambios en defensa y el centro del campo han trastocado al Castellón. Contra el Mirandés y el Fuenlabrada Javi Moyano pasó a ocupar el lateral diestro, pero el jugador vallisoletano está muy lejos de su mejor versión; ante el conjunto madrileño Garrido sentó a Carlos Delgado, que había sido uno de los mejores la jornada anterior en defensa y regresó Gálvez tras su sanción, y contra el equipo de José Luis Oltra varió el centro del campo, dando la titularidad a Bodiger en detrimento de un desacertado Gus Ledes y por las bandas con César y Jorge ya que Arturo y Marc Mateu arrastraban molestias. Solo la salida del valenciano dio más vida al Castellón en el segundo tiempo, pero no fue suficiente.