El Submarino lleva dos meses varado, acumula ocho partidos de Liga sin ganar y está atrapado en una dinámica preocupante. Tropieza cuando lo merece, y probablemente cuando no lo merece también. El paisaje pone a prueba la fortaleza mental del equipo de Unai Emery. El entrenador del Villarreal repite en cada comparecencia ante los medios la palabra «confianza», esa que trata de alimentar señalando las fases de buen juego, y esa que cuesta mantener en la dinámica actual de resultados.

Y es que el Villarreal lleva dos meses con números de descenso. El equipo groguet apenas ha sumado cinco de los últimos 24 puntos en juego. La racha empezó con una plaga de lesiones, pero Emery ha ido recuperando varios efectivos y la dinámica no se ha corregido. El técnico vasco sigue buscando la fórmula para recuperar la competitividad que mostró en los primeros meses del campeonato.

Para ello, tiene sobre todo que mejorar en las dos áreas. Emery ha mostrado públicamente su preocupación por los goles encajados en situación de superioridad defensiva. Errores a menudo individuales que han costado muchos puntos, en varios casos en los últimos minutos, y que se siguen produciendo cada semana. Por ahí se escurrió también la posibilidad de hacer historia en la Copa, con el gol del Levante en la prórroga. El Villarreal no gana desde el 8 de enero en Balaídos, cuando goleó al Celta de Vigo, y durante todo este tiempo solo ha encontrado consuelo en Europa.

dependencia / En el área contraria, el Villarreal está dependiendo demasiado de Gerard Moreno. El atacante catalán volvió a marcar en Mestalla, esta vez de penalti, pero desperdició después un claro mano a mano que hubiese supuesto la sentencia. Y si no decide Gerard, no decide nadie ahora mismo. El Submarino está echando de menos los goles de Paco Alcácer, que en València volvió a perdonar lo que no se espera que un delantero de su nivel perdone. La mejor noticia ofensiva es la recuperación de Samu Chukwueze, que debe ser pieza importante en la reactivación del equipo en Liga.

En el centro del campo solo Manu Trigueros parece conservar el nivel de meses atrás, con picos y valles de Parejo. La lesión de Iborra ha restado carácter y cuajo al equipo, pese a la llegada de Capoue en el mercado de invierno. La lesión de Coquelin también ha quitado opciones al técnico, que se vio obligado a recurrir a su bloque de confianza para amarrar el pase contra el Salzburgo en Europa, con el consiguiente desgaste para el campeonato doméstico.

El Villarreal necesita una reacción para conseguir sus objetivos esta temporada. El próximo partido en Liga será el domingo en el campo del Eibar, otro equipo de capa caída en los últimos meses. Sin Raúl Albiol, que será baja por sanción, Emery deberá reajustar piezas en el rompecabezas.