Adiós al ‘play-off’. La derrota del Villarreal B frente al Andorra en el Mini Estadi (1-3) deja al equipo de Miguel Álvarez prácticamente fuera de combate. Sólo un milagro le daría la posibilidad de quedar entre los tres primeros clasificados ya que, de los seis puntos posibles en esta segunda fase, sólo se ha sumado uno. A pesar de marcar primero, con la llegada del diluvio el filial se ahogó y fue cuando salió a reflote la escuadra andorrana que en ocho minutos de la segunda parte dejó el partido visto para sentencia.

Parecía que frente a frente jugaban dos filiales. El equipo de Miguel Álvarez quiso imponer su estilo de juego bien elaborado, sin errores, con mucha posesión y mareando al rival, y la escuadra del Principado, con un bloque de futbolista más experimentado, hizo lo propio. Mucha seguridad, posesión larga y a cometer el menor número de errores posibles. El partido se lo fue llevando a su terreno el equipo andorrano ante un equipo vila-realense con muchas novedades en el once.

Quizá por eso el encuentro fue muy técnico. Con pocas llegadas y muchos goles. Cosas del fútbol. En la primera parte el Villarreal B hizo ‘diana’ a balón parado. Falta en la frontal del área y Sergio Lozano envió el cuero al fondo de las mallas. Andrei Ratiu tuvo el 2-0 en el 20, pero el meta Ratti rechazó a córner. Y el 1-1 fue una maravilla de gol de Héctor, con parábola, también desde la frontal del área.

El segundo tiempo y la sentencia

Tras el paso por el vestuario, la segunda parte empezó con toma y daca. En el minuto 49 mano a mano de Carlo Adriano con Ratti y el balón se estrelló en el palo. En el 55 Pau no erró desde la frontal y aprovechando lo resbaladizo del terreno ajustó por la izquierda de Filip. Y en el 57 Sergio Lozano lanzó un espectacular trallazo que el palo de la portería andorrana volvió a escupir. No había manera.

El 1-3 fue la sentencia. Lo marcó el que casi nunca falla, el examarillo Carlos Martínez a puerta vacía. Son ya 13 goles para este futbolista letal. Con el 1-3, el campo muy rápido y con la manta de agua el partido quedó visto para sentencia. Un querer y no poder en los minutos finales.