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Balonmano

El Mundial revive el espíritu del Mades en Castellón

La celebración de esta cita de primer nivel en Castelló durante el mes de diciembre recuerda la histórica etapa del Club Balonmano Mades, que paseó el nombre de Onda y la provincia por todo el continente en los años 80

El CB Mades llegó a cuartos de final de la Recopa de Europa frente al VFL Engelskirchen de la Alemania Federal. Mediterráneo

La disputa del Mundial de Balonmano ha traído hasta la provincia de Castellón a la élite femenina muchas décadas después. Hay que remontarse a la temporada 1984/85 para recordar aquel debut en la Liga Europea de la EHF del Club Balonmano Mades contra el ES Besançon francés, que puso patas arriba Onda y sus alrededores, y llevó el nombre de la provincia hasta cotas impensables. Un protagonista de aquella gesta, Andrés Querol, que entonces ejercía de colaborador del equipo ondense, recuerda cómo la gente se agolpaba a las puertas del Pabellón de Onda horas antes de que se jugase el encuentro. «A tanto llegó el furor, que el club tuvo que instalar unas pantallas gigantes fuera del pabellón para que quienes no pudieron entrar disfrutasen de aquel histórico duelo», recuerda Querol.

En efecto, en la década de los años 80, los éxitos nacionales de la entidad ondense le llevaron a pasearse por Europa y enfrentarse «a los mejores clubes del continente». Entre ellos, el Radnicki de la antigua Yugoslavia, cuyas jugadoras llegaron a ofrecerse para jugar en el equipo español. Sin embargo, en esta época el balonmano femenino español no estaba avanzado y el Mades no podía contar con jugadoras profesionales. «Como mucho, en los fichajes que realizaba ofrecía a las jugadoras casa y empleo, así como un proyecto ambicioso», recuerda el exdelegado.

El histórico club ondense acabó en el podio de los mejores clubes en cinco de los seis años que estuvo en la División de Honor Femenina y llegó a ser segundo de la Copa de la Reina en hasta tres ocasiones. Y es que el extinto equipo de Onda tuvo un crecimiento fulgurante. Tras la disolución de la Liga Provincial de Castellón por falta de equipos, se mudó a la de Valencia, desde la que subió a Segunda División en dos años. En ese momento, el patrocinio de la empresa de seguros que luego sería Mades les dio el impulso económico que necesitaban, no solo para mantenerse en nacional, sino también para ir a la fase de ascenso y conseguir subir tan solo un año después.

En su primera temporada en la élite el Balonmano Mades tuvo que jugar en los pabellones de Vila-real, Betxí i Alcora.

Una evolución inexplicable sin la figura de Toni Beltrán, que fue su entrenador desde 1979 hasta 1986. De su mano, el club de Onda alcanzó tres subcampeonatos de liga y dos de Copa de la Reina (solo superado por su eterno rival, el Iber). Beltrán elevó a un pequeño equipo ondense a la cima del balonmano nacional con una política de fichajes jóvenes con potencial, como el de Gloria Lobón --que llegó de la liga provincial y se convirtió en la mejor defensora de División de Honor--; Paqui Núñez, que también llegó de categorías inferiores y llegó a ser internacional, o Nekane Munárriz, a quien reconvirtió de lateral a extremo, posición en la que alcanzó la selección española. Pero, sin lugar a dudas, uno de sus mayores logros fue recuperar a Ana Mesa, una jugadora que había dejado Iber para regresar a su Sevilla natal, pero que el malogrado técnico recuperó para la causa y convirtió en el principal estandarte del equipo. Tras su marcha en la 1986/87 llegaría otra leyenda del balonmano provincial. Pepe Pallarés, fundador del Balonmano Castellón y maestro de los entrenadores más exitosos de la provincia.

Pese a todo, los problemas económicos de la empresa de seguros obligaron al equipo a vender su plaza dos años después. Entonces Castellón dijo adiós al balonmano europeo. O, mejor dicho, hasta luego. Porque el Mundial de 2021 ha traído ese espíritu de vuelta.

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