La Vuelta a España en Castellón: Kaden Groves se impone en un accidentado y épico final en Burriana

La provincia de Castellón ha sido la principal protagonista en la quinta etapa de la Vuelta a España, con salida en Morella y llegada en Burriana, en la que los espectadores de todo el mundo pudieron ver los espectaculares paisajes que hay en la zona, donde se combina en una perfecta armonía el mar y la montaña.

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La etapa, de media montaña y 186.5 kilómetros, ha arrancado a las 12.50 horas. El pelotón ha transitado por un recorrido rompepiernas en una jornada en la que los ciclistas iniciaron a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar y acabaron en Burriana, junto a la orilla del mar Mediterráneo. Un ejemplo de la variedad de parajes que hay en la provincia.

Gran organización

Tras jornadas en las que los fallos en la organización, las tropelías de varios indeseables o el mal tiempo fueron los protagonistas y acapararon las noticias en torno a la carrera, ha sido un día donde solo se habló de lo verdaderamente importante, los ciclistas. El tiempo ha sido estupendo y el dispositivo de seguridad funcionó a la perfección, dejando a los corredores unas condiciones espectaculares para brindar un verdadero espectáculo. 

Nadie se ha querido perder este gran evento que ha sido una forma ideal de fomentar el turismo por Castellón, lo que refuerza la apuesta por este tipo de eventos deportivos. Históricos ciclistas, como el tres veces campeón del mundo y siete veces ganador de etapa en La Vuelta Óscar Freire, estuvieron presentes en la meta. 

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Final accidentado

La etapa ha transcurrido con total normalidad, con el grupo de los importantes junto y sin escapados relevantes debido al fuerte viento que soplaba de frente, tal y como hacía prever viendo el recorrido. 

Sin embargo, pese a que a nivel organizativo no ha habido ningún contratiempo, a falta de tres kilómetros hubo una caída en una rotonda que dejó fuera a aspirantes al triunfo como Milan Menten. Pese al susto, no afectó a los ciclistas en cuanto a su posición en la general al suceder en los últimos kilómetros de la etapa.

Pasado el trago, los ciclistas se prepararon para un multitudinario esprint en el que se decidiría quién se llevaría la etapa. Con la playa a la vista, los equipos se preparon para colocar a sus sprinters para los últimos. Entonces, el italiano Filippo Ganna emergió como un gigante atacando de lejos, potente como él solo, pero Groves midió mejor la distancia, se le pegó a rueda y lo adelantó con autoridad a pocos metros de la línea de meta. El australiano sumó así su tercera etapa en la Vuelta y la número 15 de la temporada.