Fútbol provincial

El meteórico ascenso del Odisea en el fútbol de Castellón

La entidad presenta un estilo propio para adoptar un crecimiento que tiene como meta competir y afianzarse en categorías nacionales 

El primer equipo entrena en la UJI y compite en la ciudad deportiva Facsa.

El primer equipo entrena en la UJI y compite en la ciudad deportiva Facsa. / Mediterráneo

El Odisea va en serio. Hace tres años, este particular club de Castellón se asomaba al fútbol regional y, en ese tiempo, ha logrado dos ascensos y ha conformado este verano un equipo de garantías para pelear por todo en Primera FFCV. La entidad ha dado pasos agigantando en su crecimiento, pero siempre buscando una estabilidad sobre la que se afiance. El objetivo pasa por identificar talento y, a partir de ahí, desarrollarlo

Esta temporada, el club que preside Javier Alcarria ha confeccionado una plantilla potente para brillar a gran nivel con fichajes como los del portero Álvaro Unanua, Iván Casanova, el experimentado Carlos Martín o viejos conocidos como Raúl Ahíbar o Cristian Ramírez, que volverán a estar a las órdenes del técnico José Sanahuja. A estos jugadores hay que añadir la continuidad de futbolistas como Ortín, Brian Campos, Mathi Rodríguez, Marco Levoni, Raúl Camañ, Julio Aleixandre, Cobo o Raúl López, entre otros.  

El camino

Pero estos tres años dorados no han sido un camino de rosas. El Odisea tuvo que afrontar una complicada campaña hace dos cursos, cuando aceptó una vacante en Primera Regional, pero la Federació de Futbol de la Comunitat Valenciana (FFCV) le envió a jugar a la zona de Alicante, al incorporar al equipo en el grupo VIII. 

El Odisea, haciendo honor a su nombre, salvó la situación, y hoy compite con más fuerza que nunca en busca de ascender a la Lliga Comunitat. En la entidad nunca se han escondido y recalcan que el objetivo pasa por acceder a competir en categorías nacionales en próximos años. Pero el Odisea no es un club más, pues pocos equipos de categoría regional pueden presumir de la organización y estructura de la que dispone esta entidad. Ese es, precisamente, uno de los argumentos que le permiten pensar a lo grande. Esa seriedad en la gestión ha hecho crecer el valor de la marca de un conjunto en el que muchos quieren jugar. El club, que cuenta, como futbolista potencial, a gente de entre 17 y 20 años, tiene entre sus misiones la de formar al jugador, futbolística y personalmente. 

Varios futbolistas del Odisea entrenando.

Varios futbolistas del Odisea entrenando. / Mediterráneo

Recursos de club ‘nacional’

Además, el equipo cuenta con recursos notables para el desarrollo del futbolista. El primer conjunto entrena en la UJI y juega sus partidos en la Ciudad Deportiva Facsa (sobre césped natural). Además, cuenta con instalaciones alternativas para ejercitarse con comodidad en los días de lluvia: así, dispone de con una nave industrial equipada como un gimnasio con un pequeño campo de fútbol de césped artificial. Tampoco hay que olvidar que los futbolistas usan GPS en los partidos, para tener controlados sus datos físicos. 

El proyecto del Odisea va más allá. Así, este año vuelve a tener un filial integrado en su casi totalidad por futbolistas extranjeros, cuyo perfil es el de un jugador foráneo que viene a formarse futbolísticamente y personalmente. Bajo los mismos parámetros que el filial, la entidad también ha sacado un representante femenino, por primera vez esta temporada. 

Pasar de jugar en la categoría más humilde a hacerlo en una nacional, y con la intención de crecer también en estas categorías, es una tremenda odisea, pero este club castellonense ha demostrado que con un proyecto y sacrificio los desafíos se pueden alcanzar.