Si eres nostálgico del fútbol de Castellón, debes conocer las historias de estos clubs que son historia...

En el imaginario colectivo del fútbol humilde, en clave provincial, siempre quedan recuerdos para equipos que compitieron a un nivel muy alto en la ya extinta Regional Preferente, suplida actualmente por la Lliga Comunitat, pero que, a día de hoy, son precisamente eso: pasado. 

Se trata de equipos que pugnaron e incluso tuvieron cerca el ascenso a Tercera División en la mayoría de los casos, pero el fútbol les dio la espalda en el campo y el paso de los años los borró del mapa futbolístico provincial. 

El curioso caso del Piel

El más antiguo es el CD Piel, un equipo que militó en la máxima categoría del fútbol regional entre los años 1970 y 1975; un lustro en el que este equipo llenó de ilusión al viejo Segarra (actual José Mangriñán) como predecesor del Vall de Uxó y nexo de unión entre éste y el CD Segarra. 

El fútbol en la Vall d’Uixó tocó techo con el CD Segarra, fundado en 1942; un club que rozó un histórico ascenso a Segunda División: hubiera sido el segundo conjunto provincial en alcanzar esta categoría, de haberlo conseguido en 1947. Sin embargo, en la década de los 50, el equipo sufrió una regresión que le llevó a la desaparición en 1959. El Piel, hasta ese momento filial del mencionado Segarra, tomó su testigo hasta 1975, cuando la UDE absorbió la estructura de ambos clubs para hacerse como el máximo representante del fútbol de la ciudad.

En 1970, tras una reestructuración del sistemas de ligas regional de la Comunitat Valenciana, el Piel ascendió a la recién creada Regional Preferente; y en su debut se clasificó en una meritoria quinta posición. Un curso después, el cuadro vallero finalizó sexto de la mano de Pedro Paradells en el banquillo, puesto que mejoró en el ejercicio 1972/1973, con su techo histórico: un brillante cuarto lugar. El año siguiente, el Piel cerró la campaña quinto, igual que en 1975. 

Un Sant Jordi ambicioso

La UDE continuó el camino marcado por el Piel, algo que no pasó con el Sant Jordi, que militó en Regional Preferente entre 1997 y 2013. Cuatro años después, los del Bovalar recuperaron su plaza en la categoría, pero esta nueva incursión apenas duró dos temporadas: tras el descenso a Primera Regional en 2019, el fútbol murió en la localidad del Baix Maestrat (al menos, para el CF Sant Jordi). 

Y eso que el equipo de esta pequeña población del norte de la provincia, de apenas 1.100 habitantes, despertó la ilusión a lo grande, plantando cara tanto a los club históricos de la zona, como Benicarló y Vinaròs, así como a los del resto del fútbol provincial. Sin ir más lejos, en su segunda campaña en la categoría se clasificó tercero y rozó la clasificación para el play-off de ascenso a Tercera. 

Una promoción que sí disputó en el año 2002, tras ser segundo en la tabla, únicamente superado por el Puzol. Sin embargo, en el play-off, el Benaguasil frustró el ascenso amarillo en su primer intento. El club se afianzó como un asiduo en la zona alta de Regional Preferente y, en 2005, terminó a solo dos puntos de repetir promoción, logro que sí alcanzó un año después, pero de nuevo sin suerte, cuando cayó a manos del Atlético Vallbonense. Tras un año en el que se quedó sin promoción, volvió a luchar por el ascenso en 2008, pero en esa ocasión fue el Alicante B el que le cerró el paso. No hubo más oportunidades para un equipo que, con el cambio de década, también mutó su rumbo hasta 2013, año en el que renunció a la categoría; la historia se repitió en 2019 cuando, tras descender a Primera Regional, ya no salió a competir. Y así hasta ahora. 

El milagroso Sant Rafael

Otro equipo de una localidad pequeña del Baix Maestrat, de menos de 500 habitantes, se plantó en Regional Preferente, entre los mejores del fútbol provincial: se trató del San Rafael. El club consiguió dos ascensos de forma consecutiva con los que protagonizó un crecimiento meteórico. En 2007 subió a Primera Regional como campeón, categoría en la que se también acabó primero un año después. Así, el alirón le catapultó a Preferente, división en la que no pudo mantenerse descendiendo en su primera y única incursión. Un año después, el club desaparecería, tras renunciar a jugar en Primera Regional. 

El Club La Vall dio guerra

El caso más reciente de clubs provinciales que llegaron a competir en Preferente, incluso estando arriba en la tabla y que a día de hoy son historia, lo representa el Club La Vall. Los valleros se proclamaron campeones de Primera Regional en 2012: desde entonces, y hasta 2018, completaron hasta seis ejercicios en la máxima categoría regional.

Los destacados fueron el 2013, 2014 y 2016, en los que llegó a pelear por la promoción (de hecho, en su debut lo hizo hasta la última jornada). Pero tras el descenso a Primera Regional (2018), el club, de base formativa, cambió de rumbo y dos años después fue absorbido por el Vall de Uxó, quedando unificado el fútbol en la localidad.

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