Los líderes del mundo están reunidos en la soleada Baja California. Tierra mexicana, como Octavio Paz, el poeta que escribió aquello de "Bajo un sol inflexible / llanos ocres, colinas leonadas / trepé por un breñal una cuesta de cabras / hacia un lugar de escombros: /pilastras desgajadas, dioses decapitados". Europa se asemeja a ese paraje. No sabemos si los mandatarios continentales están también decapitados (figuradamente), pero el debate sobre si la ayuda a la banca española debe ser directa o pasar por el Estado está demostrando su inflexibilidad. Un sustantivo curioso: tiene una conotación positiva (firmeza y constancia que no se conmueve ni se doblega) y otra negativa (incapacidad de torcerse o doblegarse).

Cada cual eligirá la que mejor le parezca, pero lo que está claro es que los inversores detestan la incertidumbre. Lo prueba que ayer el Tesoro tuviera que comprometer un interés del 5,2% para colocar letras a un año, frente al 3% anterior y el 1,4% que paga Alemania por su deuda a diez años (se supone que a mayor plazo hay que pagar mayor interés, pero depende de la solidez que le confieras al deudor). La demanda, sin embargo, fue elevada, lo que demuestra que siempre hay gente a la que el ánimo de lucro le hace vencer sus temores diversos. O que incentiva los temores de los demás para aumentar su lucro. También se vio en el alza del Ibex 35, del 2,67%, que permitió que la prima de riesgo se relajase hasta los 550 puntos básicos.