Endesa propone un pacto de Estado para la transición energética. Ante la junta de accionistas, el consejero delegado del grupo, José Damián Bogas, defendió alargar la vida útil de las centrales nucleares durante un periodo de cambio gradual de modelo hacia una producción 100% de energías renovables en el 2050.

Bogas alertó de que anticipar «innecesariamente» el cierre de las nucleares daría lugar a «un importante aumento» de las tarifas. Eso, agregó, «agravaría el problema de la pobreza energética, reduciría la competitividad de la economía y limitaría la electrificación de la demanda energética». Según las estimaciones de la compañía, la tarifa subiría unos 10 euros por megawatio y hora (MWh).

De hecho, a su juicio, una de las medidas que «más contribuiría» a combatir la pobreza energética sería «eliminar de la tarifa los sobrecostes de política energética ajenos al suministro».

POBREZA ENERGÉTICA / También destacó el compromiso de la compañía eléctrica contra la pobreza energética. Es, de hecho, según Bogas, «la compañía que ha firmado más convenios con gobiernos autonómicos y ayuntamientos», con un total de 220, que evitan el corte de la luz a clientes vulnerables.

En su discurso, Bogas explicó que para alcanzar los objetivos de la descarbonización en el año 2050 será necesario llevar a cabo «de manera gradual» el cierre de las centrales térmicas, «acompasado con los avances tecnológicos», y alargar la utilización de las centrales nucleares.

Por su parte, el presidente de la compañía, Borja Prado, reafirmó ayer el compromiso «muy exigente y ambicioso» del grupo de que en el horizonte del año 2050 su sistema energético sea neutro en materia de emisiones. A su vez reclamó también evitar intereses cortoplacistas, «que pongan en riesgo la estabilidad futura del sistema».

Dentro de este plan se incluye también otro más ambicioso de movilidad y fomento de los vehículos eléctricos. En este sentido, afirmó que en el 2030, el 30% del parque debería ser eléctrico o híbrido y llegar al 100% en el 2050.