Un nuevo informe pone de manifiesto el peso de la industria cerámica en la economía española, y la fortaleza que manifiesta en diferentes ámbitos. Una compañía de seguros de crédito especializada en el ámbito empresarial, Solunion, destaca que desde el año 2017 existe una tendencia a la baja en el número de concursos declarados en el sector azulejero. Algo que se da tras un creciente interés por parte de sociedades de capital riesgo o grandes operadores en adquirir compañías.

El documento abarca desde el ejercicio 2017 hasta el comienzo de la crisis del coronavirus, en el 2020, y señala que entre esos años tuvieron lugar 17 concursos en el sector, de los cuales, un 71% se produjo en la Comunitat, y más concretamente en Castellón, donde se concentra el grueso de la producción en todo el país. Por años, fue el 2017 cuando se alcanzó el récord con un total de siete concursos. Desde entonces, la tendencia ha sido claramente decreciente con seis concursos en el 2018, tres en el 2019 y tan solo uno a lo largo del pasado 2020.

La relevancia del sector en España es indiscutible. En el 2019, solo la industria cerámica representaba el 2,7% del PIB industrial nacional, y en el caso de la Comunitat su peso es todavía mayor y llegó a alcanzar el 14,4% del PIB industrial de la región.

Asimismo, el sector azulejero tiene un importante efecto multiplicador en los proveedores de dicho ámbito (de materias primas, de maquinaria, o esmalteras) y en sus respectivas cadenas de aprovisionamientos: por cada euro de PIB directo del sector, aporta 2,1 de PIB; y por cada empleo directo aporta 2,8 empleos adicionales.

El informe pone de manifiesto que en el primer trimestre del presente año se puso de manifiesto «una recuperación de los pedidos desde el exterior y se prevé un horizonte de optimismo a corto y medio plazo, fruto de la actual tendencia al alza del sector que podría mantenerse durante los dos próximos ejercicios».

Otros elementos que llaman al optimismo son los aranceles impuestos a la fábricas chinas, y una política monetaria expansiva que facilita el acceso al crédito. «Todo ello ha canalizado más de 180 millones de euros de inversiones en el 2020, y para el 2021 hay previstas nuevas, por valor de 60 millones».

En el lado contrario está la pérdida de competitividad como consecuencia del incremento de los costes de materias primas, así como en el gas natural y los derechos de emisión de CO2. Además, el proceso de concentración se ha acelerado con la pandemia, y ocho grupo acumulan el 60% de las ventas totales del sector.