El director de I+D de UBE Corporation Europe, Raül Sangrós, desgrana desde su conocimiento de los plásticos el valor añadido que aporta a la sociedad un material tan útil y eficiente como, a su juicio, injustamente denostado.

¿Por qué los envases de plástico han sufrido tanto desprestigio en los últimos años?

El plástico es un material muy adecuado para infinidad de usos, principalmente porque es ligero a la vez que resistente y barato. Por tanto, durante decenas de años se ha ido introduciendo en nuestros usos de forma generalizada. Además, los envases suelen usarse una vez y se desechan, en algunos casos son muy ligeros y acaban diseminados por todas partes, aunque la gran mayoría se recojan adecuadamente.

Por supuesto, no establecer un sistema robusto que lo recupere tras su uso ha evidenciado, lo que ha sido desde siempre, un problema medioambiental de primera magnitud. Eso no hace que el plástico sea malo en sí mismo, su valor para soluciones más sostenibles que otras alternativas lo hace adecuado. Con el tiempo, se eliminarán los usos donde el plástico no aporta valor y debe ser sustituido; y hay que cuidar que la alternativa sea más sostenible, que no es sencillo.

Mejorar los sistema de recogida, selección y reaprovechamiento en aquellos usos donde el plástico seguirá siendo imbatible, es la solución que se impondrá los próximos años.

¿Qué es el desperdicio de comida o food waste y cómo está vinculado con el plástico?

Los alimentos se preparan en porciones adecuadas para su consumo y luego se envasan para protegerlos durante el transporte y su distribución al consumidor final. En este proceso se desperdicia una parte importante de los alimentos. Según informa la FAO, un tercio de la parte comestible de los alimentos se desperdicia y en los países más desarrollados el 40% de esa pérdida se produce en la venta minorista y de consumo.

¿Y cómo colabora a evitar este desperdicio el plástico?

Las mejores maneras de reducir estas cifras son una protección adecuada del alimento y la tecnología que nos permita fechas de caducidad o de consumo preferente más largas. La evolución hacia el envase de plástico multicapa para los alimentos es la consecuencia de la lucha y el I+D de décadas por reducir esas pérdidas. No solo se trata de pérdidas económicas evidentes, hay otras ventajas como el que no se malgasten los recursos de la tierra y el agua y minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero.

En comparación, ¿qué ventaja aporta un envase de plástico frente a otros materiales?

No es una. Son muchas y, visto de una forma global, presenta una solución muy ventajosa de reducción de pérdidas de los recursos utilizados en los alimentos, impacto en consumo de recursos en el transporte y baja huella hídrica en la producción del plástico frente a otras soluciones.

¿Cuáles son los pros y los contras de los envases que se pueden encontrar en el mercado de forma más extendida?

Resumir haciendo una generalización es siempre impreciso. El envase tiene que cumplir tres funciones: transportar su contenido, permitir el etiquetado y proteger el alimento. Por tanto, tiene que ser ligero, resistente y flexible para optimizar su transporte y resistencia. Tiene que admitir el etiquetado y tener el análisis de ciclo de vida más favorable para la sostenibilidad. Todas estas consideraciones se han ido ajustando durante años y ahora, con el mensaje de sostenibilidad, se están enviando mensajes confusos a los consumidores.

¿Por ejemplo?

Se limitó el uso de papel y cartón por su alto consumo de agua en su producción y por la deforestación que conlleva, pero ahora se quiere desviar este mensaje escondiéndose tras la corriente de reciclabilidad a pesar de su fragilidad para usarse como envase.

Justo hace unos días se ha lanzado una botella de papel como producto sostenible que tiene una capa de plástico en su interior. El foco debe colocarse en la recogida, selección y reutilización o reciclado de los envases. El plástico se ha implantado porque es el más válido, hay que seguir trabajando para no perderlo tras su uso porque nos sale rentable reaprovecharlo.

¿Cuáles son las características de las soluciones en envases plásticos que propone UBE?

Es muy sencilla: menor cantidad de plástico para la misma protección a roturas. Como se ha comentado, se reduce el peso del envase, se disminuye el consumo de combustible en el transporte, y evita el desperdicio de alimento por roturas del envase. Muy apropiado en el e-commerce pero también en los lineales de las tiendas.

Además, alarga el tiempo en el que el alimento se mantiene fresco dentro del envase. Hemos desarrollado soluciones para, con menos plástico, mantener la funcionalidad del envase, no solo de protección frente a golpes, si no para mantener las condiciones de frescura de los alimentos más tiempo.

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Finalmente, uno de los argumentos contra los envases plásticos en general es que su reciclabilidad no es tan alta ni tan sencilla. ¿Cómo funciona su solución en este aspecto concreto?

Nuestros materiales pueden recuperarse en plantas de tratamiento de los residuos plásticos y es reciclable. Tenemos numerosos estudios técnicos que lo corroboran y estamos certificados como material reciclable por una entidad europea de referencia. Además, hemos desarrollado productos con un valor añadido a partir del reciclado que están en el mercado y hay más proyectos en marcha en colaboración con nuestros clientes en este sentido.