El Gobierno ha aprobado este martes una resolución mediante la que alarga la jornada máxima de los conductores asalariados de transportes de 9 a 11 horas diarias. Esta medida estará en vigor hasta el 27 de marzo y desde CCOO han denunciado que el Ejecutivo pretende compensar la falta de conductores por los paros de transportistas a base de sobrecargar a los asalariados que no pueden sumarse a las protestas. "Apaleados y sin descanso. Los trabajadores y las trabajadoras asalariados seguimos siendo rehenes y víctimas del caos del sector con la complicidad del Ministerio de Transportes", ha denunciado el sindicato en un comunicado. La medida no ha sido negociada con la representación legal de los trabajadores y desde la central están estudiando medidas legales.

Desde la central explican que la nueva resolución publicada por la Dirección General de Transporte Terrestre permitirá a las empresas imponer a sus asalariados la obligación de conducir hasta 11 horas al día, cuando antes eran 9 horas máximas. A lo que cabe sumar los tiempos de presencia (para la carga y descarga del género, por ejemplo). Y que las horas de descanso diario durante los periodos de servicio quedan limitadas 9 horas diarias, cuando antes eran 11 horas. El secretario de Transportes de CCOO, Francisco Vegas, han calificado de "vergonzosa" esta resolución y que "supone un atentado contra la seguridad y salud de los trabajadores".

"La convocatoria de un paro indefinido en el sector del transporte de mercancías por carretera, desde el pasado lunes 14 de marzo, está afectando al normal funcionamiento de determinados flujos de mercancías para el traslado de materias primas a los centros de producción, industrias y en la distribución final de los productos. A fin de mitigar los efectos que se pueden derivar de lo anterior, es necesario establecer, a nivel nacional, una serie de excepciones temporales", justifica el Ministerio de Transportes en su resolución.

El sector del transporte de mercancías por carretera encara este martes su noveno día de paros, que no huelga, pues a las protestas únicamente han podido sumarse los empresarios y trabajadores por cuenta ajena. No es una reivindicación contra una empresa o patronal concreta y no obedece al clásico conflicto laboral entre asalariados y dirección. Es un paro al que se suman voluntariamente las empresas y los autónomos y el que tienen prohibido por ley secundar los asalariados. Pues, a menos que la empresa les libere explícitamente, deben cumplir con su jornada de trabajo. Ello ha provocado que los asalariados hayan tenido que sufrir directamente las consecuencias de los paros, ya sea por la incidencia viaria de los cortes, ya sea por las puntuales acciones violentas que se han registrado durante los últimos días y a raíz de las cuales la Policía ha detenido a un total de 44 personas en todo el país.