El Indiana Jones de la ingeniería

Inventor, innovador en la construcción y aventurero a partes iguales, el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Fernando Gallego Herrera descendía de una familia originaria del desaparecido pueblo zamorano de Anta de Tera.

Esa localidad quedó anegada a finales de los 80 por las aguas de un embalse, el de Valparaíso, y él irónicamente había trabajado en vida en otras grandes infraestructuras hidráulicas a nivel mundial como el canal de Panamá o la presa de Asuán. Pero su labor profesional en esas emblemáticas obras es sólo una pequeña parte de una vida llena de peripecias que ha estudiado el profesor de la Escuela Politécnica Superior de Zamora Evelio Teijón, que este viernes detalló algunas de las construcciones para la historia que ha dejado este adelantado a su tiempo en el III Congreso de Historia de Zamora.

Descendiente de una familia zamorana de vendedores de paños que se asentó en Salamanca, Fernando Gallego Herrera (Villoria, Salamanca 1901-Pamplona, 1973) estudió la carrera en Madrid y casi antes de terminar se enfrentó a su primer gran reto profesional: salvar la construcción del metro subterráneo de Barcelona en lo que hoy se corresponde con la línea seis.

Las obras habían sufrido un contratiempo porque quedaba todo anegado, algo similar a lo que ha ocurrido en los tiempos actuales con los túneles del AVE entre León y Asturias, y él ideó un sistema de drenajes novedoso para la época que permitió sacar adelante el metropolitano.

Pero su proyecto más llamativo, por disparatado que parezca, fue inventar en el año 1928 un sistema de "túneles flotantes" que a modo de tuberías gigantes semihundidas comunicara España y Marruecos por el estrecho de Gibraltar. La documentación de esa revolucionaria infraestructura que nunca llegó a construirse se conservan desde este año en la Escuela Politécnica Superior de Zamora, cuyo profesor Evelio Teijón recuerda que a Gallego Herrera lo han definido como "el Julio Verne o el Indiana Jones" de la ingeniería.

Inicialmente, el proyecto de ese novedoso túnel que iba a unir dos continentes contó con el apoyo del rey Alfonso XIII para su construcción pero con la llegada de la república esa utopía de la ingeniería quedó en los cajones y con el paso de los años en el olvido. Es ahora, cuando en Finlandia se va a utilizar un sistema similar para construir una comunicación entre los fiordos, cuando se rescata de los almanaques de la historia ese rocambolesco invento.

Pero no fue el único. Evelio Teijón rememora que también construyó hasta tres prototipos del 'Aerogenio', un avión "muy especial, que funcionaba con un motor de aire comprimido", apunta este investigador, que subraya que logró volar esos aviones pero las pruebas fueron saboteadas para desacreditarle y así acabar con su idea del túnel flotante fondeado y amarrado con cables de acero como los utilizados en el Golden Gate. Fernando Gallego también colaboró en Zamora en la construcción del viaducto de Martín Gil sobre la vía férrea a Galicia y patentó el arco funicular, un nuevo sistema utilizado para construir puentes.

La historia de su vida, "tan singular y excepcional", según subraya Evelio Teijón, incluye igualmente aventuras internacionales como ser el primer español en dar la vuelta al mundo en avión con escalas, trabajar en la modernización del canal de Panamá o en las compuertas de la presa de Asuán, entre otras aventuras dignas de una superproducción de George Lucas.

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